NEUQUÉN (AN).- Casi 80 internos de tres cárceles de la provincia participan de un novedoso programa en el que mientras son capacitados en producción agroecológica por especialistas del ministerio de Educación, lograron pautar la venta de mil árboles a una empresa internacional que financiará la construcción de dos invernaderos para expandir las plantaciones por las que, como puntapié en su reinserción, cada recluso cobrará por su trabajo.
Así como el árbol que nace de una semilla, el programa partió de la decisión de la empresa de ingeniería brasileña Odebrecht de forestar un parque en Catriel.
«Y en lugar de ir a un vivero se nos ocurrió ver si podíamos comprarle a los internos de las cárceles neuquinas que teníamos entendido que tenían un programa de producción agroecológica», aseguró el responsable de RSE de Odebrecht, Lucas Utrera.
Fue así como a fines de agosto la empresa firmó un convenio con el Consejo Provincial de Educación (CPE) de Neuquén para que 78 internos de las cárceles U11 de Neuquén, U22 de Cutral Co y U32 de Zapala, formen parte de este programa especial en el que mientras se los instruye en cómo cultivar determinadas especies, la firma brasileña le pagará a cada interno por los mil árboles que necesita.
«Fue un desafío poder legalmente hacer esta compra, pero logramos que cada interno pueda cobrar por estas ventas como un incentivo, por un total de 20.000 pesos», explicó Utrera y destacó que «es la primera vez que en el país logramos hacer un trabajo en conjunto con personas que están recluidas».
El director de Formación Profesional del Centro Educativo Integral 1 del CPE, Matías Lisanti, detalló que «por año se van a poder cultivar 30.000 árboles por lo que los ejemplares que sobren de las ventas se van a plantar en dos escuelas de Cuenca XV y Valentina Sur como parte de un programa en el que se les enseña a los chicos a cuidar los árboles».
Mientras Lisanti aseguró que «en poco tiempo vamos a iniciar con el cultivo de plantas nativas que tienen mucha demanda de parte de las empresas petroleras», anunció que «para esto esperamos poder convertir a estos alumnos en una cooperativa, de forma que puedan comercializar sus plantaciones y de esa forma ayudar económicamente a sus familias mientras están tras las rejas».
«Lamentablemente los contextos de encierro siguen siendo un tema tabú, y generalmente las empresas no los priorizan cuando hacen programas educativos y sociales», aseguró Utrera.
En ese contexto el representante de Odebrecht destacó que «en esta oportunidad, en conjunto con Educación pudimos concretar esta excelente experiencia que para nosotros es un paso más y muy claro hacia la recuperación real de estas personas».
Actualmente 400 reclusos están siguiendo sus estudios desde la primaria a la universidad, y de ellos 140 participan de las formaciones profesionales que dicta el CPE.