La mitad de los estudiantes secundarios argentinos de entre 14 y 18 años ya probó alcohol y 63,4 de ellos tomó cinco o más vasos en una misma ocasión. “El patrón de consumo abusivo de alcohol tiene una tendencia clara y ascendente”, afirma un informe preliminar difundido ayer por la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar). El tabaco es la segunda droga más usada aunque registra una baja notable desde 2001. Las cifras de sustancias ilegales muestran que el consumo de paco se estabilizó en el 1 por ciento, luego de llegar a su pico máximo de 1,5 en 2005, y también se estancó el uso de cocaína, mientras que creció casi un 25 por ciento la cantidad de alumnos que probaron marihuana entre 2009 y 2011.
La encuesta bianual realizada por el Observatorio de Drogas de la Sedronar entre julio y septiembre de 2011 se hizo de forma simultánea en todo el país, es autoadministrada y anónima e incluyó 90.450 estudiantes, que representan a más de 1.700.000. “En ningún caso este estudio estima adicción o dependencia, sino consumo, uso, en un período de tiempo. Este uso puede ser experimental, ocasional o frecuente, pero siempre indica consumo”, se advierte en el informe.
Las situaciones de abuso de alcohol, según se informa, ocurren principalmente durante los fines de semana, en las fiestas o boliches y también en las casas de los estudiantes o en la de amigos. “La bebida involucrada en mayor medida es cerveza y, en segundo lugar, tragos que combinan con bebidas fuertes”, se indica. El abuso, agrega el informe, se da tanto en varones como en mujeres y en todos los grupos de edad, “siendo más preocupante en los estudiantes de 15 y 16 años”.
El estudio del Observatorio, que cumplió diez años, muestra una caída en el uso de tabaco: en 2001 el porcentaje era 24,8, en 2011 es de 18,7. “Este descenso es más notorio en las mujeres y en todos los grupos etarios, pero es más fuerte –sobre 13 puntos de porcentaje– en los estudiantes de 17 años y más”, sostiene la Sedronar. La percepción que los estudiantes tienen del riesgo de consumir alcohol y tabaco va “de leve a moderado” mientras que, en el caso de los psicofármacos sin prescripción médica e inhalables, va de “moderado a alto”.
“El uso de tabaco y alcohol se configura como factor de riesgo para el consumo de marihuana y cocaína. Entre los estudiantes que fumaron en el último año, el consumo de marihuana fue del 30,2 por ciento, mientras que, entre los no fumadores, esta tasa es del 3,2. Con una distancia menor, entre los fumadores, el consumo de cocaína es del 8,1 frente al 0,7 en el grupo de los no fumadores”, indica este informe preliminar. El alcohol también inside: el 15,8 por ciento de los que bebieron probaron marihuana y el 4,1 cocaína; entre los que no tomaron, solo el 1,2 fumó cannabis y 0,3 aspiraron.
El uso experimental de marihuana es considerado como “inocuo” por el 20,8 por ciento del total de los encuestados y de “bajo riesgo” por el 38,3. “El consumo ocasional es mencionado por el 42,6 por ciento como de riesgo moderado, siendo la sustancia no legal de menor percepción de riesgo”, indica. Otros factores de incidencia, según el estudio, son la curiosidad de probar alguna droga ilegal –es lo que afirma el 18,4 por ciento de los estudiantes– y la atención y cuidado de los padres: cuando existe, la tasa de consumo es 4,4 por ciento frente al 52,7, cuando prima el silencio o la indiferencia.
“Se estima que cuanto mayor sea la oferta, mayor será la probabilidad de consumo de cada una de las sustancias. El 25,3 por ciento de los estudiantes ha recibido oferta de marihuana ya sea para comprar o probar y esta oferta ha sido mayor en el último mes anterior a la encuesta. Al 10,3 le ofrecieron cocaína, al 5,5 le ofertaron pasta base-paco y al 5,2 éxtasis”, advierte el estudio. Según afirmó el 38 por ciento de los encuestados, es fácil conseguir marihuana, mientras que un 20 por ciento consideró lo mismo en el caso de la cocaína y el éxtasis y el 16,1 lo aseguró respecto del paco.
La nueva gestión de la Sedronar, a cargo de Rafael Bielsa, creyó conveniente aclarar que la publicación de los resultados “no busca configurar un escenario apocalíptico ni justificar la magnitud del problema a abordar”. En cambio, advierte un comunicado de la Secretaría, “se busca socializar la información obtenida, como parte de un accionar que tiene como objetivo involucrar a la sociedad en su conjunto y a los diferentes actores sociales”.
Consultada por Página/12, la titular de la Asociación Intercambios, Graciela Touzé, evaluó como “preocupante” el abuso de alcohol porque los padres mismos no registran el problema. La especialista aconseja a los docentes crear espacios donde los alumnos puedan plantear dudas y experiencias: “No sirve dar una charla una vez al año, tampoco confundir prevención con prescripción, diciendo qué se debe hacer. Es importante abrir interrogantes en los chicos, escucharlos y mostrar otras opiniones”.