ROCA (AR).- Un pabellón destrozado, cuatro efectivos de la policía lesionados y un motín que se extendió durante casi cuatro horas fue el resultado de la reacción ante una resolución judicial que imponía un nuevo régimen de visitas a los reclusos del Establecimiento de Ejecución Penal 2, en la zona norte de Roca.
Fue cerca de las 10:30 de ayer que los internos del pabellón 3 alertaron a algunos referentes de la Pastoral Carcelaria para que abandonen las instalaciones. A partir de ese momento el caos se apoderó de ese sector y enseguida se extendió por la cárcel, donde se alojan más de 300 personas.
Inmediatamente medio centenar de internos del conflictivo pabellón comenzaron a quemar colchones, a romper el sistema de calefacción, de electricidad y cada uno de los candados que los separaba del pasillo principal. A los pocos minutos se sumaron los internos del pabellón 2 quienes también exigieron que se mantenga el viejo régimen de visitas.
Al mediodía los detenidos se habían apoderado de todo ese sector del penal lo que hacía imposible el acceso de los efectivos policiales y del Servicio Penitenciario Provincial, según relataron fuentes del Penal. El resto de los presos se mantuvo pasivo en el patio de la cárcel a la espera de las negociaciones.
La presencia del juez de Ejecución Juan Pablo Chirinos, cerca de las 12:30, logró calmar un poco los ánimos. Atrás ingresó el fiscal Miguel Fernández Jahde y minutos después lo hizo el personal del ex grupo BORA, aunque no participó directamente. En medio de las negociaciones y tras el compromiso de que el régimen de visitas «no se tocaría», los reclusos más violentos fueron deponiendo su actitud. Cerca de las 13 el personal penitenciario logró acceder a la zona más conflictiva usando bombas lacrimógenas y mangueras con agua, para poder apagar el incendio de los colchones que se habían prendido en el inicio de la revuelta.
El motivo
El problema no es nuevo. El descontento de los internos ya se había manifestado la semana pasada cuando presentaron un hábeas corpus al juez Chirinos reclamando un revisión en el nuevo y reducido régimen de visitas que se había establecido desde la dirección de la unidad.
El jefe del penal, Darío Chacón, explicó que la medida responde a una cuestión de seguridad. Es que los días sábados y domingos se produce la mayor afluencia de visitas a la cárcel ubicada sobre calle Maipú, y paralelamente en esos días aumentan los intentos de fuga. Lo cierto es que no cuentan con la cantidad de personal suficiente para vigilar las cientos de personas que desfilan por la cárcel.
Chirinos no estuvo la semana pasada en Roca y por eso los jueces correccionales Julio Martínez Vivot y Oscar Gatti tomaron intervención en el recurso presentado por los presos y decidieron no hacer lugar. La medida les fue notificada ayer a la mañana y a partir de allí se desató el violento motín.