ROCA (AR).- La situación procesal del presidente de la Cámara Tercera del Crimen, Carlos Vila, se complicó todavía más ayer después de que el juez de instrucción Daniel Tobares lo procesó, en primer término, por agredir físicamente a su esposa y por coacción. También entendió que la mujer sufrió amenazas con un arma de fuego y que el magistrado tuvo en su poder un revólver de manera ilegalmente.
El hecho que marcó el inicio de la investigación tuvo su punto de partida el 9 de septiembre cuando Yannina Pomiés Baraldi, esposa del magistrado, se presentó en la sede policial de Stefenelli para denunciar la agresión que sufrida horas antes en la chacra ubicada sobre calle Panamá. La víctima confirmó luego todos sus dichos en tribunales e incluso agregó que el magistrado la había apuntado con un rifle si contaba lo sucedido.
Tobares no creyó la versión de Vila quien en su declaración indagatoria había asegurado que su mujer sufría problemas psiquiátricos y que las lesiones que presentaba en sus brazos y rostros habían sido producto de un intento por «contenerla» ya que se había «desbordado emocionalmente».
En su resolución, el juez puso énfasis sobre este punto y aclaró que 72 horas después del hecho, el médico forense le practicó un examen a la esposa de Vila donde aclaraba que presentaba «lucidez de conciencia» y estaba «orientada»; y que si bien se encontraba bajo tratamiento psiquiátrico se encontraba «estable» en ese momento.
«Todas las entrevistas mantenidas con la víctima demuestran que la situación que vivió fue real y no producto de su imaginación o de la enfermedad mental que padecía», dijo Tobares en uno de los párrafos del procesamiento.
«Estamos ante un típico caso de violencia de género», dijo el magistrado quien se preguntó cuales serían los motivos por los cuales Pommiés se autolesionaría tal cual como había indicado Vila en su declaración. Y en todo caso, aclaró, le resultaría muy difícil aplicarse golpes en la boca y en el ojo.
El revólver hallado en la casa de un conocido de Vila quien aseguró que el arma era del juez quien no tenía permiso para portarla también resultó una prueba irrefutable para que el magistrado lo procese por ese delito. En resumen, Tobares lo procesó por los delitos de lesiones leves calificadas por el vínculo en concurso real con coacción y coacción agravada por el uso de arma de fuego en concurso real con tenencia ilegítima de arma de fuego de guerra.
