A 24 horas de defender su pliego como candidato a ocupar un sillón en la Corte Suprema, Roberto Carlés aclara que nunca fue kirchnerista, opina que el máximo tribunal pierde pluralidad con menos miembros, toma distancia de Justicia Legítima y cree que no existe el partido judicial.

En una entrevista con LA NACION en el tradicional Café Victoria, frente al Congreso, habla de su currículum y su trabajo en el Senado, cuestionado por la oposición, y, con sólo 33 años, se anticipa a las críticas por su corta edad: «No hay que discriminar a nadie, ni por joven ni por viejo».

-El Colegio Público de Abogados de la Capital lo acusó de mentir en su currículum. ¿Lo hizo?

-Apenas le preguntaron a Jorge Rizzo sobre mi candidatura dijo que era un jurista brillante. Hubo una controversia acerca del término que había empleado por un trabajo que tuve un mes antes de recibirme de abogado. La única forma que había de describir la tarea que yo hacía era la de asesor jurídico. Un pasante es una persona que además de estar bajo un contrato de trabajo precario se le brinda algún tipo de formación. Eso no existía.

-Otra controversia es por su contrato en la Dirección de Obras y Servicios del Senado. ¿Se necesita un jurista ahí?

-Los juristas tenemos que vivir de algo? yo necesitaba trabajar cuando volví al país. Paralelamente a eso he podido dedicarme a actividades académicas que no están remuneradas. Tengo un trabajo que es jurídico. Controlar los actos administrativos requiere asesoramiento letrado, y no lo puede hacer cualquiera.

-¿Tuvo que ver la relación de amistad de Raúl Zaffaroni con Amado Boudou?

-No, y la verdad, no soy amigo de todos los amigos de Zaffaroni.

-¿Es kirchnerista?

-Nunca fui kirchnerista. Apenas se anunció mi postulación se dijeron dos cosas: que era militante de La Cámpora y de Justicia Legítima. Nunca lo hice. He tenido militancia, sí. El día que cumplí 18 años me afilié al radicalismo. Luego de la crisis de 2001 participé de la experiencia inicial de lo que fue ARI.

-¿Existe un partido judicial?

-No, no lo creo. Lo que sucede es que se han visibilizado distintas posturas sobre la Justicia, cuestiones de las que quizás antes se hablaba, pero no estaban tan presentes en la agenda pública. Es muy positivo que estas discusiones no se den solamente dentro del Palacio, sino de cara a la sociedad.

-¿Jueces y fiscales tienen que tener militancia política, como Justicia Legítima?

-No creo que tengan el deber de hacerlo, tienen el derecho a asociarse libremente en torno de ideas y objetivos comunes en la asociación que usted menciona o en cualquier otra. Es saludable. Pero tratándose de cuestiones de tanta importancia institucional, ese recorrido debe hacerse dialogando con todos los sectores involucrados, especialmente con los que tienen visiones distintas, y haciendo el mayor esfuerzo por lograr soluciones consensuadas.

-Se le cuestiona la juventud y no tener experiencia…

-La edad es la que establece la Constitución. Algunos valoran como experiencia litigar o haber sido empleado o funcionario judicial. Un jurista de la talla de [Germán] Bidart Campos decía que la experiencia necesaria era toda aquella función que se hiciera en calidad de abogado. Todo lo que hice desde que me recibí fue gracias a ser abogado. Si hubiese sido ingeniero agrónomo no me hubiesen elegido.

-¿Debe renunciar Carlos Fayt por su avanzada edad?

-No hay que discriminar a nadie ni por joven ni por viejo, ni siquiera estoy de acuerdo con la limitación temporal de los 75 años. Lo que sí es problemático es que los que ocupan un cargo de juez en un tribunal que es además la cabeza de uno de los tres poderes del Estado puedan hacerlo de por vida.

-¿Es necesaria una reforma de la Constitución?

-Necesaria no.

-¿Está a favor de la re-reelección?

-No. Por principio estoy en contra de las reelecciones indefinidas porque es una manera de perpetuarse en el poder que no comparto.

-¿Deberían ser más los miembros de la Corte?

-Venimos de una experiencia de siete miembros que fue muy buena porque favorecía la diversidad y pluralidad. Si uno reduce el número restringe la posibilidad de incorporar distintos especialistas, con distintas edades y extracción social. Hay menos pluralidad.

-¿Usted es el chivo expiatorio del Gobierno para ampliar la Corte?

-Es una especulación política de la que no tengo conocimiento.

-Por cómo se pronunció la oposición, lo más probable es que no vaya a integrar la Corte.

-Eso está en manos de la política. Quizá después de escucharme cambien el voto. Pero ellos fueron elegidos por el pueblo y eso hay que respetarlo

 

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