Publicado el 26/05/2012 – El nuevo año se desperezaba en Villa Moreno, una barriada humilde de la zona sur de Rosario. Eran las cuatro de la mañana del 1 de enero y muchos decidieron prolongar la celebración. Adrián Rodríguez (21), Jeremías Trasante (17) y Claudio Suárez (19) compartían una charla al costado de una canchita de fútbol, un potrero convertido en punto de encuentro habitual para los jóvenes de la zona. Eran amigos, militantes sociales, ajenos a la delincuencia. En segundos, los tres fueron acribillados, como parte de una venganza que en realidad estaba dirigida a otras personas.

El caso, que aún no fue esclarecido (ver Tres muertes…

) marcó el inicio de un año sangriento para los rosarinos.

El segundo consecutivo . Hasta hoy, 145 días después de aquel triple asesinato, se cometieron en la ciudad 72 homicidios: un crimen cada dos días .

La tasa de asesinatos ocurridos hasta el momento es similar a la del comienzo de 2011, aunque notoriamente mayor a la de los años anteriores : en los primeros cinco meses de 2009 hubo 46 crímenes; y en el inicio de 2010, 58.

Para tener una idea de la proyección, en todo 2010 finalmente se contabilizaron 126 asesinatos. En el 2011 completo hubo 163.

De acuerdo a relevamientos de la Policía, 7 de los 72 homicidios cometidos hasta el momento en 2012 fueron en ocasión de robo, casi el 10 %. Otros 7 se produjeron por riñas y conflictos familiares.

El resto está tipificado dentro del impreciso universo de los ajustes de cuenta : ataques en los que, muchas veces, la víctima tiene antecedentes penales. Este enfoque policial ayuda a que la mayoría termine sin resolverse. No quedan claros los motivos ni los autores, lo que genera inquietud en la Justicia . A tal punto que el fiscal Marcelo Vienna solicitó en marzo un informe detallado a la Policía para profundizar sobre crímenes no esclarecidos en 2011 .

En 59 de los 72 casos registrados este año (el 82%) se utilizaron armas de fuego y, en otros 11, armas blancas. Algunos ataques fueron cometidos con saña. A Daniel Alcaraz, por ejemplo, le pegaron siete tiros mientras tomaba mate con su pareja. Daniel Burgos, en tanto, recibió nueve impactos cuando estacionó su camioneta frente a un quiosco en el que vendían drogas .

Los investigadores creen que la disputa por manejar el negocio de la droga se ha convertido en la causa principal para explicar el crecimiento de los crímenes en los últimos años . El ministro de Seguridad de Santa Fe, Leandro Corti, reconoció a principios de año que existe “una disputa por el territorio”. Mencionó a la “economía delictual” y señaló al “narcotráfico” como el disparador de esa pelea por manejar determinadas zonas.

Esta situación empujó al Gobierno provincial, a principios de este mes, a asumir el control directo –a través del Ministerio de Seguridad y con un sesgo más político– de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones.

El espacio más caliente de la ciudad es Tablada, en el sudeste de Rosario, donde se comete la mayor parte de los homicidios . “Cla ramente es el lugar más complejo”, aseguró un jefe de la División Homicidios. Ese sector, que se toca con las villas “Del Tanque” y “Manuelita”, tuvo también en 2011 la mayor cantidad de asesinatos.

Una porción significativa de las víctimas registradas este año eran jóvenes . O, incluso, menores de edad. La Justicia cree ver allí factores relacionados con un deterioro social y con el reclutamiento de menores para los negocios ilegales. “Se meten a comercializar droga y no tienen en cuenta lugares que ya están manejados por otros ”, explicó un jefe de la Unidad Regional II de la Policía.

Muchas otras víctimas, en cambio, no tienen parentesco con el delito. A Nicolás Varela, de 16 años, le pegaron un balazo en el cuello para robarle la moto. Otro chico de 16, Fabio Acosta, fue asesinado junto a Irina Rojas, de 17, al salir de una fiesta. En el barrio juran que vendedores de drogas los confundieron con otros . El primer ejecutado de 2012, horas antes del triple crimen, fue un chico de 15. Los asesinos se movían en moto y, al dispararle, gritaron su nombre. Lo tenían marcado.

 

Fuente: http://elliberal.com.ar/ampliada.php?ID=43965