“Estoy de acuerdo con los médicos, fue asfixia por ahorcamiento, pero no fue suicidio, porque las lesiones que presentaba el cuerpo de mi sobrino, Oscar Claudio Valdivieso (28), son propias de los tormentos, de las golpizas y de las torturas. Las lesiones en sus manos son las de aquel que se defendió y no son heridas producidas por la agonía de la muerte como dijo el comisario Walter Carral”. Así comenzó la extensa denuncia pública que realizó ayer Elba Fernández (52), con domicilio en Rosario de la Frontera, en El Tribuno, al referirse a la misteriosa muerte ocurrida en el interior de un calabozo de la comisaría 31, de la Ciudad Termal.
Por otro lado, el pasado 21 de octubre, la hermana del extinto, Mónica Raquel Fernández (31), dejó constancia en la subcomisaría de El Mirador que al ser entregado el cadáver, este evidenciaba una profunda herida en la frente, que había sido maquillada, además de hematomas en brazos, piernas y espalda. Agregó que una fina línea cruzaba su cuello y que esta no condecía con una anudada tela de colchón que estaba atada de a tramos cortos y cuyo grosor y textura no se asemejan a las huellas del cuello con la que los policías de la comisaría 31 decían que se había suicidado”, graficó.
La mujer solicitó al juez actuante una investigación, dejando asentando por escrito sus dudas acerca del certificado de defunción firmado por el médico legal de Policía, Daniel Apaza García, donde se indica como causal del deceso el ahorcamiento y se califica al mismo como suicidio, sin especificar en ninguna parte las lesiones que presentaba el cuerpo de Claudio Oscar Valdivieso. Al día siguiente de su primera denuncia policial Mónica Raquel hizo lo propio ante la Fiscalía de Causas Policiales y Penitenciarias del Ministerio Público, responsabilizando del deceso de su hermano a los efectivos de la comisaría 31 y al médico legal por los hechos ocurridos. Asimismo, otra de las tías del occiso, Cristina Milagro Valdivieso (48), aseguró por escrito que el cuerpo de su sobrino presentaba lesiones en las muñecas y que los Bomberos le aseguraron que el cuerpo se encontraba colgado pero con la mitad del cuerpo afuera de la celda.
Se quejó públicamente por el hecho de que los efectivos no esperaron la llegada de los familiares a la escena y que la autopsia se hizo de inmediato, sin testigos. Aseguró que el cuerpo tenía la oreja derecha morada, los labios partidos, los ojos inflamados y presentaba marca de manos en los brazos. “Primero lo molieron a golpes y después lo ahorcaron”, testificó.
Se sigue investigando
La causa está caratulada como supuesto suicidio y no fue considerada muerte dudosa, como sugiere la familia y los vecinos que anoche se reunieron frente a la comisaría. Elba Fernández ironizó: “Mi sobrino decidió quitarse la vida en un calabozo, pero antes, ¿se autoflageló? No niego que murió ahorcado, eso está probado, pero niego que él pueda haberse ahorcado, sin ninguna razón y en la cara de al menos diez policías”.
El juez Mario Dilascio aseguró que va a proseguir investigando. Ya realizó una inspección ocular del lugar y proyecta tomar testimoniales. En tanto, el comisario Walter Carral dijo que la autopsia determinó que las lesiones del cuerpo son producto de convulsiones. En esta edición y en la página digital de El Tribuno aparecen algunas fotos suministradas por la familia. En todas hubo una cuidadosa edición ya que son registros muy crudos que pueden herir la suceptibilidad de las personas.
“Entró sano, salió molido a golpes”
La tía de Valdivieso, Elba Fernández, dijo: “No puedo creer que el médico legal de Policía, Daniel Apaza García, solo haya visto las marcas de la tela que asfixiaron a mi sobrino. Otro médico del hospital, que lo vio al ser arrestado por ebriedad, dijo que estaba borracho, pero sano. Dos horas después, Apaza García suscribió en el certificado de defunción que falleció por ahorcamiento. El cuerpo lavado presentaba hundimiento de cráneo, fractura en los nudillos, hematomas en el pubis, rostro, brazos, piernas, espalda y tórax, pero eso no está explicitado en el referido documento ni en ningún informe. Para mí, mi sobrino murió por exceso de tormentos”.