El Gobierno de la Ciudad informa que desde el pasado 2 de julio, y por el término de 5 días, se ha clausurado un frigorífico ubicado en calle Bolivia 3831. La medida, dispuesta por el Juzgado Municipal de Faltas N° 7, se tomó a raíz de una serie de inspecciones que se realizaron con motivo de denuncias efectuadas por vecinos del lugar.
La clausura se basó en actas del 10 de febrero, del 17 de marzo y 31 de marzo, y del 4 de abril, en las que se constató la generación de ruidos excesivos producidos por equipos de refrigeración. Según se hizo constar, los ruidos afectaban al vecindario, con “vibraciones en las paredes de viviendas linderas”.
Paralelamente, en actas labradas los días 13 de febrero, y 3 y 5 de mayo, se constató “contaminación atmosférica con afectación al vecindario producida por escape de amoníaco”. En ese sentido, se verificó irritación en la vista y dificultad respiratoria, “habiéndose dejado constancia que en la vivienda de uno de los afectados hay un niño de 18 meses”, según se informó.
Según se informó, “en relación a los antecedentes debe tenerse presente la calidad de reincidente del encartado en virtud de la existencia de sentencia condenatoria firme del 29 de febrero, en que se condenó a la firma con pena de multa por las faltas de violación de clausura, incumplimiento de notificación y propagación de ruidos excesivos.
En los Considerandos del fallo se destacó que “las constataciones efectuadas no resultan ser hechos aislados en el tiempo o esporádicas, sino que bien podemos afirmar que nos encontramos ante una continua, prolongada y reiterada sucesión de acciones que afectan la vida de los vecinos del frigorífico, que se ven obligados a soportar una perturbación en su vida cotidiana que excede y supera los límites de lo que por norma debieran tolerar”.