El chico de 19 años comentó que el día viernes fue a participar de los corsos con un amigo, y luego fueron a tomar algo. Cuando volvieron al barrio Plurianual él dejó a su amigo en la casa y comenzó a caminar hacia su propia casa, donde vive con sus padres y hermanos. Pero antes de llegar hasta su hogar una mujer lo frenó para preguntarle si había visto a un muchacho, a lo cual él contestó que no, pero al doblar en la esquina lo encontró tirado en el piso y herido de varias puñaladas.
Según recordó, quiso llamar a la ambulancia pero había olvidado su celular en la casa de su amigo, por lo que decidió buscarlo y volver al lugar para pedir ayuda. Cuando volvió y antes de que llegara una ambulancia llegó un móvil policial que, según relató, no se ocupó de trasladar al joven que ‘se estaba muriendo en el piso‘.
‘Ahí me agarraron -los policías- y me cargaron a mí. Yo empecé a calmar a un chico de 15 años que estaba gritando, le dije que se callara la boca y me agarraron de atrás y me esposaron y me hicieron subir al patrullero. Yo me subí tranquilo. Nosotros pedíamos que lleven al chico, pero no discutí para nada. La ambulancia no llegaba. Yo pasaba porque iba para mi casa, y pensé que me llevaban para declarar como testigo‘, explicó el joven.
Pero cuando llegó a la Seccional la realidad fue otra. Franco comentó que lo llevaron junto a otros detenidos a un cuarto, los hicieron mirar hacia la pared y en ese momento entró un efectivo policial que los golpeó con su machete en las costillas. ‘Me vio el médico de la Segunda y de ahí me trasladaron al Hospital porque no podía respirar. Me tuvieron como dos horas con suero, me dieron unas pastillas, un par de inyecciones y me llevaron‘, detalló.
Junto a Franco se encontraba su padre, Ricardo Panteón, que fue quien se encontró con su hijo minutos después de que fuera golpeado. ‘Ni bien le pegaron llegue yo. Fue automático, ni bien lo bajaron del móvil le pegaron, yo llegué a los cinco minutos y no me lo querían mostrar. Pregunté por él y me negaron que estaba hasta que llegó el oficial y lo pude ver.
Tenía un ataque de impotencia y dolor en las costillas. Le pregunte si le habían pegado y me dijo que si ante un oficial que había en ese momento. Me dijeron que a la hora y media me lo iban a dar porque primero lo tenía que ver el medico policial, pero no fue así‘, aseguró.
El padre del joven fue a dejar a su esposa en su casa para que se quede con los hermanos de Franco porque ya estaban más tranquilos de haberlo encontrado, pero cuando llegó a la Seccional le dijeron que hasta las 8 de la mañana no lo podían liberar. El joven estuvo detenido hasta las 8:30, lapso en el cual permaneció en la Seccional y fue trasladado al Hospital Lucio Molas. ‘Yo quiero denunciar que se termine la violencia. Acá no hay un caso de robo, es un maltrato a la gente. ¿Por qué va a ir alguien caminando, lo toman como testigo y le pegan antes de preguntarle? Yo pido que se termine la violencia. Yo creo en los policías y los educo a ellos para que crean en la Policía‘, manifestó el padre.
La familia ya realizó la denuncia en sede judicial pero dijeron que quisieron dar a conocer el hecho para que se termine con los casos de violencia.
Acompañando a la familia se encontraba Víctor Giavedoni, representante del Movimiento Pampeano por los Derechos Humanos, quien aseguró que desde el movimiento se hacen eco no sólo de este caso en particular, sino de la concepción de seguridad que tiene la Policía provincial: ‘creemos que es una concepción muy parcial y hasta elitista.
Porque si bien se le suben los presupuestos a la Policía, se les dan patrulleros nuevos, se les dan uniformes nuevos, se suma a más oficiales a la fuerza, no se toman, no se revén los objetivos que debe cumplir la Policía. Y dentro de esos objetivos que hay que replantearlos, si vivimos en democracia, hay que replantear los procedimientos‘. Giavedoni consideró que los procedimientos que actualmente lleva a cabo la Policía se remontan a la época de la dictadura. ‘Hay una norma jurídica de facto que en realidad es la Ley Policial, que está redactada en la dictadura y todavía la policía se forma y actúa con esa norma. Entonces no es casualidad que la policía actúe prepotentemente violentando a la comunidad. Él podría haber estado o no en el hecho, pero una vez que lo detiene, la Policía no tiene por qué golpearlo‘, manifestó.
En ese sentido destacó que la queja de Franco Panteón es hacia el Estado, porque es el Estado quien lo ha maltratado y vulnerado sus derechos. De todas formas subrayó que la forma de reclamar no es mediante la violencia, sino que buscarán estrategias de reclamo persistentes para que los gobernantes vean que hay algo que no funciona en la seguridad; ‘de que no es solamente necesario poner plata en armamentos nuevos sino trabajar sobre el accionar de la policía‘.
‘No hay que estigmatizar los barrios‘
Por otro lado Giavedoni dijo que es importante no ‘estigmatizar‘ los barrios, ya que el hecho de que ocurran hechos de inseguridad o violencia no los convierte en barrios peligrosos, ya que estos hechos ocurren incluso en barrios de alta sociedad. ‘No estamos de acuerdo con señalar ciertos barrios. Quizá hay un nivel de conflictividad porque es un barrio nuevo, porque los vecinos vienen de distintos lugares, porque están en una situación vulnerable… Por eso a la violencia hay que entenderla como un proceso. Hay que trabajar sobre el barrio, trabajar con redes sociales, trabajo comunitario, conociéndose los vecinos y demás para erradicar los hechos de violencia. Yo creo que todos los barrios nuevos tienen su lógica de adaptación, de que no se conocen. Queremos romper con esa estigmatización‘, concluyó.