La secretaria de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires repasó su historia de militancia política en la Resistencia Peronista, las pérdidas sufridas durante la dictadura y su lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Peronismo, Derechos Humanos, lucha y militancia hasta las últimas consecuencias son parte indivisible de la vida de Sara Derotier de Cobacho, quien forma parte del movimiento justicialista desde la década de 1940 –muy cerca de los comienzos– y a quien la dictadura genocida persiguió con detención y tortura y le arrebató a sus hijos Oscar Manuel y Enrique Ramón, su nuera María Elena Gómez, y sus yernos Eduardo Oscar Danielis y José Agustín Rojas. Con una larga e intensa labor política legislativa y de gestión por los Derechos Humanos en la Provincia de Buenos Aires, desde 2007 se desempeña al frente de la secretaría del área, en el gobierno encabezado por Daniel Scioli. “Yo milité desde muy joven, en los inicios del peronismo. Mi madre era una mujer que conformó las primeras filas peronistas en Laguna Paiva (Santa Fe), mi pueblo, todos obreros ferroviarios. Me casé muy joven con un sindicalista, así es que mi vida como militante se iniciaba a la par de  mi vida de casada. A partir de ese momento se añadían las reivindicaciones de los obreros. Yo viví todas las reivindicaciones que antes no había, será por eso que para mí es un orgullo decir que me siento tan peronista, por haber vivido cada una de las conquistas obreras… Llego a la Secretaría de Derechos Humanos haciendo el camino que muy pocos hacen: militante rasa, la Resistencia, el peronismo de Evita, el peronismo de Perón, haciendo lo que se hacia en esa época. Mis hijos también abrazaron la causa. Yo fui la primera detenida. Matan a mi yerno y caigo presa por ir al velorio de mi yerno. Estuve seis meses en diferentes centros clandestinos. Primero en uno y después en otro y en otro y recién voy a la Guardia de Infantería Reforzada, que fue lo más duro…”, narra Cobacho.

COBACHO Y LOS ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS. “Cuando salgo de la cárcel formo la Comisión Peronista de los Derechos Humanos. Lo hago en Merlo y en Nación con ayuda de muchos compañeros peronistas, incluso de La Resistencia. Por eso hubo una división de los organismos de Derechos Humanos. Yo nunca milité en Madres, a pesar de ser madre. Siempre estuve dentro del peronismo. Creamos una Comisión de Derechos Humanos del peronismo y ahí estábamos cuatro o cinco madres de La Plata que ya no viven, y de diferentes lugares y provincias. Generalmente, la mayoría de las Madres no se identificaban con ningún partido político. Aunque yo no coincida en nada con ella, tiene razón Hebe cuando dice que yo no pertenecí a Madres. Fui madre de desaparecidos, sí, e hice las denuncias en los Organismos de Derechos Humanos de la desaparición de mis hijos. Fui siempre una militante peronista y autoridad partidaria, fui candidata a diputada, diputada, convencional constituyente y senadora. Y en el Senado se define lo que yo quería. Hago un proyecto de Derechos Humanos para la provincia de Buenos Aires y ahí Felipe Solá hace la secretaría.”

LA FORMACIÓN DE LA SECRETARÍA PROVINCIAL DE DERECHOS HUMANOS. “Ahí se conforma la secretaría y me dicen que pida la casa que tiene la Comisión por la Memoria para tener ahí una Casa de la Memoria. Se encontraron todos los legajos que había en la Comisión por la Memoria. En ese momento, eso era una papa caliente de la que nadie quería hacerse cargo. Eran cosas todavía muy difíciles de hablar. Los antropólogos nos ayudaron mucho. Hasta que hice el proyecto de ley para crear la Casa de la Memoria. Lo presento para votarlo sobre tablas, y a las dos horas y media o a las tres horas cuanto mucho, se presenta otro proyecto idéntico, hecho por el Frepaso, hubo que acordarlo y salió. A mí me designan en el Senado para que sea la que represente. Por la Cámara de Diputados también va Alfredo Antonuccio, y otros peronistas tanto de Diputados como de Senadores. Era obvio que las diferencias ideológicas, políticas y de toda clase se iban a dar en una comisión con tantos matices. Para mí es amargo recordar esa etapa.”

LA REIVINDICACIÓN PLENA DE TODOS LOS DERECHOS. “Este equipo de trabajo está conformado por gente con la que veníamos trabajando –con algunos desde hace muchos años– y por nuevos integrantes a los que les pedí que se sumen a esta tarea de reivindicación plena de los Derechos Humanos. La primera que salió a apoyar el derecho de la Unión Civil Igualitaria fui yo. Vamos a hacer todo lo posible para reivindicarlos. A veces uno piensa que las utopías no existen, pero existen, y se hacen realidad.”

BALANCE. “Nuestro trabajo se puede ver en muchas acciones silenciosas como la participación en algún conflicto laboral junto al Ministerio de Trabajo y en otros más significativos como la puesta en valor de Sitios de la Memoria como el Pozo de Arana y el Pozo de Banfield, las leyes reparatorias para ex detenidos a través de la Ley 14.042, del Plan Conintes y de la Resistencia Peronista, o el trabajo para la creación en 35 municipios de sus propias áreas de Derechos Humanos que esperamos duplicar en 2012 y en las que se trabajarán todas las políticas de Derechos Humanos del pasado y del presente.”

EL PRESAGIO DE EVITA. “Yo tengo una anécdota que para mí es un orgullo muy grande. En noviembre o en octubre venimos los ferroviarios de Laguna Paiva a traer el aporte para la fundación Eva Perón. En esa época se donaba a la Fundación un día de trabajo y se le donaba a Evita. Y yo me colé, no tenía por qué venir y me colé. Vine con mi marido y ya estaba embarazada de dos o tres meses de mi hijo mayor. Y uno de los compañeros le dijo que yo estaba embarazada y Evita me tocó la panza, ahí estaba mi hijo mayor, el que está desparecido. Es como sentirte muy contenta con algo que pasó en algún momento de tu vida, pero que a su vez sentir que tenías un destino marcado. Este es uno de los recuerdos que yo tengo de haberla conocido a ella, de haberlo conocido al ‘viejo’; no te digo de haber intimado, pero de haberlos visto. De haber podido darles un beso. Evita era tan frágil, tan transparente que uno le daba un beso y tenía miedo que se rompa. También es cómo uno idealiza a una persona.”

UNA VIDA EN EL PERONISMO. “Así la vida se fue desarrollando, vino el ’55. Nosotros pasamos las historias que todo peronista pasó en esa época de la resistencia. Fuimos ‘La Resistencia’, muchos de los de mi generación tenemos los principios que tenemos porque fuimos de los primeros. Son principios que no podés cambiar. Para nosotros el peronismo era el padrenuestro de cada día. Tal es así, que decíamos ‘la vida por Perón’, y era cierto: la vida por Perón. Y cuando murió Evita, no te quiero ni decir. Yo he tenido propuestas de partidos que salen del peronismo, como el Frepaso, y yo no tenía por qué irme. Porque el peronismo, más allá de las contradicciones que teníamos entre nosotros mismos y de todo lo que había pasado, al contrario, era el momento donde había que poner las cosas en su lugar y defender lo que creó. Porque para nosotros el peronismo fue la creación de los obreros. Los obreros dieron la vida y Perón nos condujo con Evita. Pero siempre dentro. Y es sabido que para estar dentro del partido hay que ser muy verticalista y, a veces, medio ortodoxo. Esa mezcla somos nosotros. Yo nací siendo peronista y voy a morir siendo peronista, a pesar de todos los dolores que el peronismo me causó, pero también me causó muchas alegrías. Yo viví lo que algunos no vivieron, yo sé lo que significa sentir… que de no conocer lo que era el detergente –¡mirá lo que te digo, es una barbaridad!– a tener derecho a tener unas vacaciones en los mejores hoteles de Córdoba o en cualquier otro lugar del país. Yo pude mandar a mis hijos a la universidad, cosa que antes no lo hubiera podido hacer.”

LOS VUELOS DE LA MUERTE. “Seis meses estuve en la Guardia de Infantería Reforzada hasta que me ponen a disposición del Poder Ejecutivo y me traen a Devoto, y para mi desgracia y la de quienes me acompañaban, tenemos uno de los primeros vuelos de la muerte. Hay compañeros que viajaron en ese y otros vuelos que no sabemos quiénes fueron, porque nos levantaron de distintas provincias y nos trajeron. Lo único que yo recalcaba cuando declaraba era que fueron viajes muy largos. En uno de ellos había dos curas, Troncoso y Guicussi, el viejo Cambiasso –que después lo mata Patti– y yo. Y eran los que más nos torturaron desde que salimos hasta que llegamos al lugar. Lamentablemente, la enfermedad que tienen muchos compañeros de aquella época y que tengo yo es porque nos pegaron mucho en los riñones. En los vuelos nos tiraban en el piso y los milicos nos pasaban por arriba, y cuando te pisaban te hacían fuerza, bien de tortura. Con algunos de esos compañeros que viven, nos acordamos de ese momento, para tener memoria, para recordar a los que no están. A nosotros nos llevaron a una cárcel pero muchos se quedaron en el camino.”

EL PERONISMO Y LOS DERECHOS HUMANOS. “Hay muchos que no se dan cuenta de todos los adelantos y las reivindicaciones que alcanzó la clase obrera por el peronismo. Y las cosas que aprendimos de nuestros derechos y que otros no lo entienden. Seguramente por eso hemos tenido las dificultades que ha habido entre el peronismo, de un lado y del otro. Creo que quienes no estaban de acuerdo no son verdaderamente peronistas, porque lo que quiere el peronismo son las mayores reivindicaciones y avances para la clase trabajadora y para el que más necesita. Como la gente de la villa. ¿Qué tiene la gente de la villa? Son iguales que nosotros, sólo que no han terminado de darse cuenta de los derechos que tienen, y que tienen que exigir sus derechos. Esta es una de mis mayores ambiciones para lo que sigue, como tuve la utopía de que el pueblo, nuestros referentes políticos, digan y reconozcan a la Resistencia Peronista, lo que fueron sus mártires, sus muertos y sus desaparecidos, y lo logramos.”

EL RECUERDO Y LA FALTA DE SUS HIJOS. “En las fiestas o en estos días, uno recuerda más a los que no están. Calculá que uno de mis hijos tenía 23 años (Enrique Ramón Cobacho), otro tenía 28 (Oscar Manuel Cobacho). Todos eran muy jóvenes. Eran la alegría de la casa. Los años pasaron y todo eso lo notás, cada vez, con mayor sentimiento. Uno extraña más, al menos a mí me pasa. Yo digo que uno nunca extraña tanto al marido como extraña a los hijos. Hace treinta y pico que desaparecieron los chicos. A todos nos debe pasar lo mismo, calculo. Es como decía el hijo de puta de Videla, no están. Ni vivos ni muertos. No había una definición más clara de su propia obra, él estaba dando la mayor definición de lo que realmente significaba, porque ni nombre tenía.”

Fuente: http://tiempo.infonews.com/notas/mi-utopia-es-que-las-reivindicaciones-lleguen-los-mas-necesitados