El informe anual realizado por la Procuración Penitenciaria reveló que la violencia y el maltrato sigue siendo moneda corriente en las cárceles federales, donde sólo el año pasado se detectaron 399 casos de tortura.
Según datos del organismo que se encarga de proteger los derechos humanos de los presos, la cifra de apremios se duplicó respecto a 2010, año en el que se registraron 194 denuncias.
De acuerdo con el informe -al que tuvo acceso Online-911-, el penal de Marcos Paz fue catalogado como el más violento de todos. Allí ocurrieron 146 ataques, mientras que en la cárcel de Ezeiza se contabilizaron 139.
La respuesta judicial frente a las denuncias de torturas y malos tratos «es inadecuada».
Según el estudio, la agresión más frecuente es el castigo a patadas, seguido por golpes con palos y estofas, cachetadas y pisadas con los borceguíes.
En el trabajo, la Procuración Penitenciaria reclama «la implementación de todas las herramientas que brinda el derecho nacional e internacional», y reclama «sancionar la ley de creación del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura». «Es un paso que debe darse y que sin duda pordría coadyuvar a allanar el camino del respeto de los derechos humanos», dice el estudio.
Respecto a las muertes el informe asegura que hubo 38 decesos en todo el período, cinco más respecto al año 2010.
«La problemática de las muertes se ha exacerbado en el período 2011-2012. Como primer dato alarmante, basta mencionar que sólo en el 2011 se han producido 22 muertes violentas, el 60 % de los casos registrados en el período. Además, en los primeros tres meses de 2012, las muertes violentas registradas ascienden a 7, prácticamente la mitad de las muertes del período», dice el informe.
El informe concluye que «las personas alojadas en las cárceles federales no sólo son privadas de la libertad sino también del derecho a preservar su integridad física, del acceso a la educación y al trabajo, del derecho al matenimiento de los vínculos familiares».