Con el cierre del centro de detención en San Pedro y la expansión del programa Secure Communities (Comunidades Seguras) de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), esta entidad federal se ha visto en la necesidad de buscar más espacio para acomodar a un creciente númerode inmigrantes detenidos.
Y lo ha encontrado en las cárceles del Condado de Orange, donde dos de sus recintos carcelarios albergan actualmente a dichos presos. Una de las cárceles es James A. Musick, con capacidad para 256 hombres y 110 mujeres. Es un centro de detención de seguridad mínima, que alberga a inmigrantes sin récord criminal.
La otra cárcel es Theo Lacy, con capacidad para 472 reclusos y donde van a parar los extranjeros que han sido convictos de un crimen o necesitan alojamientos especiales, ya sea por ser convictos sexuales o por su orientación sexual.
El acuerdo entre ICE y el Departamento del Sheriff del Condado de Orange (OCSD) comenzó el 9 de agosto del 2010. Desde entonces y hasta el 31 de enero de este año, en las cárceles de este condado han sido albergados 3,185 hombres y 170 mujeres, para un total de 3,355 inmigrantes.
De esa cantidad de detenidos, 1,851 fueron regresados a la custodia de ICE.
HOY tuvo acceso a la cárcel Musick, ubicada en Irvine, a unas 50 millas de distancia de Los Ángeles. Rodeada de complejos industriales con edificios de oficinas, este centro de detención consta de tres pabellones pero uno está vacio.
Por ser de mínima seguridad, la cárcel es mucho más abierta de lo que cualquiera podría imaginarse. Hay canchas de futbol, baloncesto y voleibol, cocina y biblioteca. Los teléfonos públicos están alineados a los largo de las paredes que dan a un patio central.
“Esto es mucho más flexible, más abierto. Es la forma en que queremos que sean [todos los centros] en el futuro”, dijo Robert Naranjo, asistente de la Oficina del director de ICE en Los Ángeles, quien acompañó a HOY durante el recorrido de la cárcel.
Aquí, todos los reclusos reciben tres comidas diarias: un desayuno caliente por la mañana, un almuerzo en bolsa y una cena caliente por la noche.
En el área de los hombres, en un pequeño cuarto en el interior de la biblioteca, hay una silla de peluquero. Uno de los reclusos trabaja cortando el cabello de los reclusos. El sueldo, al igual que para aquellos que trabajan en la cocina o en las cuadrillas de jardinería, es de un dólar por día.
El área de las mujeres es similar, con tres dormitorios en un mismo pabellón que dan hacia una área verde con sillas y mesas. También hay un cuarto para sastrería. Los días de visita son los viernes, sábados y domingos, de 8 de la mañana a 5 de la tarde.
“El cuidado de nuestros detenidos es de suma importancia”, dijo Timothy Robbins, director de la oficina de ICE en Los Ángeles. “Este arreglo con el Departamento del Sheriff en Orange nos permite mantener a nuestra población carcelaria más cerca de sus familiares y abogados”.
“Debido a la gran cantidad de aprehensiones en el área de Los Ángeles, siempre estamos buscando espacio para nuestros detenidos y este arreglo nos permite eso y minimiza el costo de transferencias para ICE”, agregó Robbins.
Sin este arreglo, muchos de estos reclusos podrían ser transferidos a Arizona o Texas, o a centros de detención en el Norte de California o cerca de San Diego.
El arreglo entre el Departamento del Sheriff y ICE ayuda a llenar el hueco presupuestal de este condado, que ha visto un descenso en la criminalidad y tiene actualmente espacio disponible en sus cárceles para albergar a los inmigrantes detenidos. Bajo el contrato actual, ICE paga diariamente 118 dólares por cada uno de sus detenidos, tanto en Musick como en Theo Lacy, de acuerdo con una de sus voceras.
Entre agosto de 2010 y enero de este año, ICE ya había pagado 10.1 millones de dólares a OCSD por retener a sus detenidos. Se estima que el costo para el año fiscal 2010-2011 (1 de octubre 2010 hasta 30 de septiembre 2011) será de 21.4 millones de dólares.
“En los últimos años hemos tenido un descenso en la población carcelaria. La Administración decidió que, debido a la situación económica, el condado debía buscar otras fuentes de ingresos y se llegó a la contratación con ICE”, dijo el Teniente Chris Wilson, del OCSD.
El acuerdo ha funcionado tan bien para ambas agencias que hay planes para expandirlo a 210 espacios más en el centro de detención de Theo Lacy.
“Ya se presentó la propuesta, pero aún no la aprueban”, dijo Wilson.
ICE también tiene contratos similares con el Departamento del Sheriff de San Diego, que les provee espacio a reclusos en una cárcel de Otay Mesa y con el de Los Ángeles, el cual les ofrece 1,400 espacios en su cárcel de Mira Loma en Lancaster.
Según Robbins, hay requisitos muy rigurosos para permitir que sus detenidos sean albergados en cárceles locales y el OCSD cumple con éstos. Uno de ellos es que se examine la salud de los reclusos en las primeras 12 horas de haber ingresado y que se les practique un examen físico completo en menos de 14 días de haber sido procesados.
Esto sirve para determinar si la persona necesita un cuidado médico específico, dijo Robbins. También hay requisitos sobre el acceso a espacios de recreación, áreas de visita y bibliotecas de leyes. Además, el teniente Wilson explicó que los estándares de detención de ICE no permiten que sus reclusos co-habiten con los presos regulares.
“No pueden vivir juntos [en las mismas celdas]. Pueden estar juntos en áreas comunes como servicios religiosos, citas médicas, cosas así, siempre y cuando haya guardias presentes”, señaló.
En ambas cárceles hay una área separada para los reclusos de ICE.
Robbins dijo que no hay un límite en el tiempo que los detenidos de ICE pueden pasar en estas cárceles, ya que todo depende de sus casos, aunque tratan de mantenerlos ahí el mínimo de tiempo posible.
El acuerdo ha funcionado bien hasta ahora afirmaron representantes de ICE y del Departamento del Sheriff, aunque Wilson agregó que al principio requirió de algunos ajustes en la forma que su personal trataba a estos nuevos reclusos.
“Están acostumbrados a lidiar con reos criminales y no puedes cambiar esa postura mental de la noche a la mañana”, dijo. “Pero después de 45 días, sí podíamos notar un cambio y seguimos aprendiendo”.
Wilson indicó que se trató de escoger a guardias que encajarán bien en este tipo de ambiente, particularmente aquellos que fueran bilingües. Incluso, dijo, uno de sus guardias habla siete idiomas.
Para facilitar la identificación de los reclusos de ICE con respecto a los presos regulares, los reos migratorios portan uniforme rojo vino, mientras que los otros reclusos visten uniformes que pueden ser grises, azules o blancos, dependiendo del tipo de sus delitos.
Jorge Mario Cabrera, vocero de la Coalición para los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA) dijo que “Por una parte, si yo tuviera un familiar detenido me gustaría que estuviera cerca para poder irle a visitar”.
“Sin embargo, como organización reprendemos a esta Administración por continuar la necia política de detener y deportar a tanta gente trabajadora y buena para este país. Si es verdad que se necesita más espacio, es porque en este país no se está valorando al ser humano y se siguen ciegamente implementando leyes migratorias injustas y crueles”, comentó.
El abogado de inmigración, Nelson Castillo, concuerda con Cabrera.
“Sí, hay la necesidad de un centro de detención lo más cercano posible a la familia y a donde viven estas personas”, dijo Castillo. “Han habido casos de personas que han sido agarradas y los han llevado a lugares que están muy lejos, donde es muy costoso que los familiares los puedan visitar o, si ya tenían abogado, se vuelve muy costoso el proceso de seguir los casos”.
Castillo advirtió que lo importante en el caso de los detenidos de ICE que están en las cárceles del Condado de Orange es que “no se mezclen con criminales”, porque las ofensas migratorias son casos civiles.
‘Yo tengo toda una vida aquí’
Nathaly Rodas lleva dos meses y medio recluida en la cárcel James A. Musick. Esta guatemalteca de 24 años de edad cuenta que es residente legal desde que tenía 7 años y que su madre es ciudadana estadounidense.
Sus problemas legales comenzaron en el 2007 cuando, “Me prestaron un carro y lo choqué. El carro era de otra persona y me arrestaron por ‘joy riding’ (paseo de di-versión)”.
Fue a la corte y pasó 20 días detenida en la cárcel del Condado de Los Ángeles. Posteriormente se presentó una vez más en la Corte para responder a los costos del auto y el dueño del carro no se presentó. La siguiente ocasión fue ella la que no se presentó a los tribunales.
“Yo me olvide de eso”, manifestó.
A principios del año, cuando se dirigía a una tienda en Pasadena, la detuvo la Policía y al revisar su historial vieron que tenía una orden de arresto. Una vez que llegó a la cárcel del condado, ICE puso una retención migratoria y ahora enfrenta una orden de deportación.
Rodas está peleando el caso y espera la resolución de su pedido de Cancelación de Deportación.
“Aquí está toda mi familia”, dijo. “Ya tengo tres meses perdidos. Creo que voy a perder mi apartamento y mi trabajo”, agregó Rodas quien laboraba para una escuela de camioneros.
Contó que sus días de detenida son, a veces, un poco aburridos. Aunque agregó que comparado con la cárcel del Condado de Los Ángeles “aquí no es tan feo”.
“Unos agentes son muy buena gente. Nos traen películas y a veces hasta música”, añadió Rodas
Dijo que sus papás están muy frustrados y temerosos de que la vayan a deportar a un país al que visitó hace 10 años y en donde no tiene ningún familiar inmediato. “Yo tengo toda una vida aquí”, expresó.
Con miedo de volver a su país
Eva Pepaj, una actriz y modelo, originaria de Albania, llora al relatar su situación.
Pepaj, de 25 años, ha vivido en Estados Unidos desde que tenía 7 años, cuando emigró con sus padres y su hermano menor. “Mis papás aplicaron por todo, pero perdieron su caso”, contó.
Ellos fueron deportados y debido a que Pepaj y su hermano estaban bajo la misma solicitud, ellos también enfrentan el mismo destino.
El 18 de marzo, agentes de ICE llegaron a la vivienda que Pepaj comparte con su esposo, un ciudadano estadounidense, en West Hollywood. Desde entonces ha estado detenida en la cárcel James A. Musick. Actualmente, Pepaj, que ni siquiera habla el idioma de su país natal está en proceso de deportación.
“Yo no sé qué hacer. Sólo estoy esperando con muchas esperanzas que me pueda quedar. Tengo un par de abogados trabajando en mi caso y mi esposo ha solicitado ayuda de mucha gente, pero no se ha conseguido nada”, manifestó.
Foto: Joshua Vazquez Bernal
fuente: http://www.vivelohoy.com/noticias/7995239/se-rentan-carceles-para-inmigrantes-detenidos