Entrevista con el polémico juez de Trelew, Alejandro Defranco. El magistrado se ofreció para el examen médico. Gana 28 mil pesos por mes y quiere una suba. «La inseguridad no se resuelve con más presos».

Precupado. A Defranco le molestan tantos retoques al Código.
Por Rolando Tobarez

El 1º de diciembre, Alejandro Defranco asumirá como juez de Cámara en lo Penal en Trelew. De 46 años, aún se lo recuerda como quien liberó a dos piqueteros que en marzo causaron daños en la Municipalidad de Trelew, bajo el lema de que “mientras sea juez, nadie irá preso por una protesta social”. Por eso el Colegio de Abogados lo acusó ante el Consejo de la Magistratura de “abrir la puerta para delinquir”. La queja se desestimó por unanimidad.
-¿Qué opina de esa denuncia del Colegio?
-Fue un exabrupto, una reacción espasmódica ante una resolución que evidentemente no compartieron. Pero de ninguna manera puede llegar a entenderse que yo haya dicho elípticamente “delincan, hagan lo que quieran, rompan todo que acá no va a pasar nada”. Jamás podría decir eso. Si se ve la audiencia queda clarísimo cuando les digo a los imputados que lo que hicieron es vergonzoso, que su protesta será pagada por los impuestos de los contribuyentes y que no era el modo de peticionar a las autoridades.
-Eso nunca se supo…
-Está todo filmado, pero se extrajo una parte y se olvidó el contenido global. De última autoricé la apertura de la investigación, no es que quedaron impunes; Fiscalía quedó autorizada para investigar pero por el delito de daño. Es excarcelable porque tiene una pena máxima de un año. Nadie va preso por daño, como nadie va preso por hurto la primera vez. Era jóvenes sin antecedentes, de 18 a 23 años, no justifico en absoluto lo que pasó pero para imputados de daño, aunque sea calificado, no corresponde la prisión preventiva. Ahora, si con calificaciones exageradas se pretende justificar la prisión, eso es otra cosa, Ahí fue mi reacción y dije “No voy a permitir, mientras sea juez, que la única reacción ante la protesta sea la cárcel”. Esas fueron mis palabras: que hay otras soluciones a la protesta social, no dije que era bienvenida ni que alentaba la protesta ni los destrozos.
-¿La Fiscalía qué quería?
-Pedían coacción agravada, porque entendían que con esas manifestaciones obligaban al intendente a tolerar o hacer algo en contra de su voluntad. Me pareció exagerado. También privación ilegal de la libertad agravada por la gente que no podía salir de la Municipalidad. Para mí el no poder salir no era voluntario sino consecuencia de la manifestación, no se buscó secuestrar gente; y lesiones dolosas porque a un policía lo corta un vidrio que se cayó por un piedrazo. Es lesión culposa, es no querida, imprudente. Todo ese cuadro de calificación jurídica sumaba una pena estimada de 12 años. No se podía sostener y lo califiqué como daño. Independientemente de mis dichos, es opinable pero no pasa de eso, no es materia de denuncia porque no entra en ninguna causal para echar a un juez. Opinar no es mal desempeño y menos desconocimiento del Derecho, al contrario, hago aplicación correcta de la ley. Para eso están las instancias de control: Fiscalía pudo apelar o impugnar y no lo hizo.
-El Colegio lo acusó muy fuerte y públicamente…
-Evidentemente no hubo un seguimiento del trámite para no llegar a conclusiones apresuradas, porque si mi decisión era incorrecta y merecía alguna sanción procesal, la Fiscalía pudo impugnarla y tal vez dos jueces distintos otra instancia, hubiesen dicho “Defranco se equivocó y  tienen que ir presos”. Pero no se hizo, se conformaron con la denuncia ante el Superior; el Colegio lo denunció ante el Consejo pero no se hicieron los pasos previstos para cuando no se comparte una decisión.
-Igual, uno ve las imágenes de los destrozos y es difícil explicar que sigan libres…
-Yo voy a la carnicería, convivo, tengo familia a quien debo dar cuenta de las cosas que hago y hasta mis propios hijos me dicen “Che, papá, ¿cómo es esto? ¿rompen todo y van libres?”. Pero lo único que debo hacer es aplicar la ley, y si esta calificación jurídica me impide dictar una prisión preventiva, no lo puedo hacer por más que quiera y más allá de mi opinión personal. Las explicaciones me pasan hasta con mi madre, constantemente lo tengo que hacer y está bien que se haga, por eso accedo a entrevistas. No es que doy la cara, doy cuenta de mis actos porque soy funcionario público y cobro sueldo de los impuestos. Si me equivoco hay organismos constitucionales para echarme, y procesales para revocar mis decisiones, pero siempre voy a dar explicaciones de lo que hago porque la gente se lo merece y no tiene porqué conocer el Código Penal.
-Hay una capa geológica de jueces que dicen que sólo hablan por sus sentencias…
-Que los hay, los hay, es innegable, es una vieja posición del sistema escrito, cuando el juez se encerraba, escribía y tiraba por el pasaplato la sentencia y que se arreglen. Pero un juez republicano debe tener otra impronta, con la oralidad, la participación del público y el acceso a la prensa; se debe sociabilizar lo que pasa, sobre todo en un expediente donde están en juego intereses de una persona que puede ir presa pero también una víctima que sufre. Esas decisiones que ponen fin a un conflicto o lo reinstalan se toman a diario y hay que explicarlas para que la gente entienda de qué se trata.
-¿Cuál es su vínculo con el poder político? Porque como camarista sus decisiones van a pesar más…
-Jamás recibí un llamado y jamás lo aceptaría, de ningún tipo. Cada juez tiene autonomía, independencia e imparcialidad. A mí ni siquiera el presidente del Superior me puede decir cómo debo fallar. Mi relación con el poder político es absolutamente cero.
-¿Y cuando critican a los jueces por la inseguridad?
-Hay un viejo dicho: “Cuando la política entra por la puerta, la justicia se va por la ventana”. La justicia debe actuar libre de presiones, de todas maneras convengamos que es bastante tolerante a ese tipo de presiones, no sale a contestar y no corresponde. Si bien corresponde explicar resoluciones judiciales, no salir a contestar una imputación del tipo “la justicia es corrupta y los jueces no hacen nada”. No se puede contestar porque excede el caso puntual a resolver. Si me preguntan qué pasó con la causa tal, abrimos el micrófono y lo explicamos, pero ante imputaciones genéricas y sin casos concretos es muy difícil contestar.
-¿Tiene alguna autocrítica por la inseguridad?
-Tenemos muy poca posibilidad de realizar prevención. Hay una falsa imagen instalada por varios actores sociales: si los jueces metieran más gente presa se acabaría con la inseguridad, esa es una falacia mal intencionada, porque es un engaño, no es cierto. Cuando ciertos actores sociales hablan de seguridad tendrían que empezar a definir qué entienden por seguridad. Si es sólo los delitos contra la propiedad es una idea, pero por falta de seguridad yo entiendo chicos que se mueren por funcionarios corruptos y malversación de fondos que los privan de una taza de leche, o la contaminación ecológica o problemas por sustancias tóxicas o minería en gran escala, o violación al derecho a un medioambiente sano. Si vamos a limitar la seguridad sólo a los delitos contra la propiedad, podemos charlarlo pero es una falacia, la seguridad no es sólo eso.
-Siempre se dijo que los delincuentes son siempre los mismos y que si se los mete presos, los delitos bajarían…
-Es mentira que encerrando a los presuntos delincuentes habrá más seguridad. No es posible encerrar a nadie si no es declarado culpable, por lo tanto cuando se quiere modificar el Código para agravar la posibilidad de excarcelaciones y que nadie salga, se confronta con la Constitución y es inconstitucional, no se puede aplicar, es tan simple como eso. Obviamente el mensaje es que el juez no la quiere aplicar, pero lo impide la Constitución. La prisión se aplica como medida cautelar sólo cuando hay peligro de fuga o entorpecimiento. Un detenido por hurto en la calle y sin antecedentes, no puede ir preso. El que incumpliría la ley y sería un delincuente sería yo. ¿Cómo hace un juez para meter presa a esa lista sin una condena?, ¿quién juzga que es probable que esa persona cometa un delito?, ¿quién puede ponerse en el altar y decir “Yo aseguro que éste va a entrar a tu casa a robar?, ¿cómo sabés si mañana en vez de apretar el freno aprestas el acelerador y te convertís en un delincuente?
-¿Le molestan tantos intentos de reformas del Código?
-Hay algo preocupante: a un Código de Procedimientos Penal no se le puede modificar todos los años, hay un principio básico que se llama reserva de Código; los códigos no se pueden tocar, deben permanecer en el tiempo y ser una sola ley, no 14 leyes  modificatorias dando vueltas porque se desarma su espíritu. Los Códigos deben durar, interpretarse, manejarse, cotejarse con la Constitución y la práctica de tribunales le va dando su verdadera operatividad. En todo el país hay muchas reformas legislativas inconsultas, impensadas, no son tratadas por expertos.
-¿Alguna vez le preguntaron por un cambio?
-Jamás en mi vida profesional me dijeron que opine de tal o cual reforma posible.
-¿Qué herramienta falta contra la inseguridad?
-Prevención, vuelta a los espacios públicos para que los chicos se junten. No puede ser la actitud de que tres chicos reunidos en un espacio público ya son sospechosos. Trelew aún tiene cosas que otras ciudades grandes no tienen, pero hace falta el respeto a los lugares en común, instituciones que convoquen como clubes o programas deportivos. La prevención de sacar al pibe del ocio, de la droga, del alcohol, del trabajo infantil. Un chico de 7 años no puede estar trabajando, debe estar jugando y en la escuela. A eso lo considero inseguridad: me preocupa más, y en esto me juego la vida, un chico de 8 años que está trabajando en vez de estar en la escuela que si entran a casa a robar, porque de hecho lo hicieron. No aliento el robo a las propiedades pero si no terminamos con el trabajo infantil, la explotación, la trata de niñas, las drogas, el ocio y el alejamiento de la escuela, evidentemente la inseguridad seguirá aumentando.
-¿Hay buena Policía?
-Hay un número adecuado, se ve la presencia en las calles. No veo un déficit grosero para decir que hay que cambiarla. Evidentemente sí hay que darle mejores métodos de investigación y especializaciones. Y hay una asignatura pendiente que es la ejecución de pena: no puede seguir en manos de la Policía. Debe cuidar la calle, no puede estar cuidando presos porque no sabe, no quiere ni le gusta.
-Un proyecto de ley propone una rinoscopía para los funcionarios públicos, ¿la haría?
-Por supuesto, ¿por qué no? Todo funcionario público debe dar cuenta de sus actos, y si la gente se queda tranquila con esa prueba, todo suma. Me parecería perfecto, me anoto ya en la lista, no tengo ningún problema. De hecho se podría ampliar la actual obligación que tras sus primeros tres años se evalúa al juez; se podría incluir un examen psicológico y un análisis de todo tipo para comprobar algún tipo de adicción que lo haga sospechado de parcial, por ejemplo adicción al juego o al alcohol, lo que pueda crearle algún tipo de dependencia.
-Usted se anota primero en todo…
-Por supuesto.#