A un año de las terribles muertes de Franco Nieva (16), Nelson Molas (17), Nelson Fernández (15) y Franco Sosa (16), tras el incendio de la ex Alcaidía de Menores, las madres de los adolescentes pidieron justicia y rogaron para que “se investigue y los responsables no queden impunes”.
La causa que busca esclarecer las responsabilidades por las muertes de los adolescentes, sucedida el 9 de septiembre del año pasado, fue desdoblada. Por un lado, hay 5 policías imputados por el delito de “homicidio culposo agravado por el número de víctimas”. En este caso, la causa fue elevada a juicio el 25 de abril pasado por los fiscales de la Unidad de Delitos Especiales, pero el decreto de determinación del hecho fue declarado nulo por el Juez de Garantías Porfirio Acuña, al considerar que no estaban precisadas las responsabilidades en cuanto a cuáles de los policías habrían omitido realizar las requisas de rigor, y cuáles no prestaron el auxilio necesario al momento de originarse las llamas. Hasta el momento, el expediente permanece en la Cámara de Apelaciones.
Por otra parte, las ex juezas de menores, Ilda Figueroa y Ana María Nieto, fueron indagadas bajo la imputación “incumplimiento de los deberes de funcionario público”, por haber permitido que los menores estuviesen detenidos fuera del marco de la ley. Por esta misma imputación debería responder el ex ministro de Gobierno Javier Silva, quien habría estado al tanto de que el edificio no contaba con la habilitación de apertura necesaria pero, pese a que se presentó espontáneamente, no ha sido llamado a declarar aún.
En diálogo con El Ancasti, Roxana Silva, Ana Mendoza y Rosa Yapura contaron sobre el dolor que las signó, cuando la peor de las noticias les llegó en horas de la siesta.
“La culpa de lo que pasó es de la justicia, de la jueza Figueroa por no querer darle la libertad a mi hijo cuando yo se la pedí”, manifestó Roxana con lágrimas en los ojos al referirse a la semana completa que estuvo Nelson Fernández alojado en la Alcaidía.
“Fueron los policías. Esos mismos que me dicen que siguen trabajando y que están en Belén ahora. No me dejaron verlo cuando yo le llevé los remedios y les avisé que iba ir a las cuatro, pero no llegué”, contó Ana sobre Franco Sosa y agregó: «Ahora me molesta la impunidad, que esté todo callado, que no hagan nada».
“Si hubiera justicia nosotros sabríamos a quién reclamar. Pero somos pobres, entonces todo lo que digamos y lloremos tiene menos peso. Si tuviéramos ‘cogote’ sería distinto», dijo Rosa mostrando su impotencia ante la muerte de Nelson Molas.
Las tres madres organizaron misas para hoy, mañana y el martes en distintas parroquias de la ciudad. «Es Dios quien debe decidir la muerte. Pero a ellos los mataron ¿Alguien lo entiende? Fue la muerte más horrible. No hay consuelo ahora, la tristeza es única», resumió Rosa.