Más de 30 años en el Poder Judicial neuquino, 25 de ellos como fiscal del TSJ, convirtieron a Alberto Tribug en testigo privilegiado, cuando no protagonista, de la historia judicial de la provincia. Como balance de su gestión remarca su presencia «en todos los procesos de cambio que se dieron» y recuerda «el proceso de colonización» que se dio a partir del 2004, durante el último gobierno de Jorge Sobisch. Antes de dejar el cargo, dialogó con «Río Negro».
–¿Qué destaca de su prolongado paso por el Poder Judicial?
–La presencia. No es soberbia, siento que he sido protagonista de este último cuarto de siglo en la provincia, en todos los procesos de cambio que se han dado. Si la actuación fue buena o mala lo evaluarán con el tiempo.
–¿En qué estado deja el Ministerio Público Fiscal?
–Tiene que crecer, está estancado, quizá producto de que todos están a la espera de que se ponga en marcha el nuevo Código Procesal Penal. Una deuda importante es la capacitación para el cambio. El fiscal es el que va a dirigir la investigación, y lo tiene que hacer con una policía propia.
–¿Los fiscales actuales están en condiciones de asumir ese protagonismo?
–Todo el mundo debe capacitarse. Una cosa es ser el titular de la acción y otra es salir a buscar las pruebas para que se pueda llegar en forma rápida a un juicio.
–Mientras usted estuvo en el cargo pasaron varios gobernadores. ¿Alguno respetó menos la independencia judicial que otro?
–Siempre hay intentos. En 1983 yo era secretario de la sala penal del TSJ cuando asume Felipe Sapag y se integra un tribunal de una forma muy heterogénea, con gente de afuera de la provincia y de acá, de distintas extracciones políticas. Después hubo una época de reacomodamientos, se produjeron cambios. El que quiere ser independiente lo es, y si tiene que pagar los costos los paga. Yo tengo la tranquilidad de que, quizá por el cargo, porque no resuelvo, no recibí presiones de ninguna índole.
–Pero tuvo pedidos de juicio político.
–Hubo tres. Uno en 1992, otro en el 2005 y después una amenaza que no se concretó.
–¿Cómo vivió el del 2005, durante el gobierno de Jorge Sobisch?
–Fue una época crítica, había un ataque direccionado. Se trató de desalojarnos a las personas, eso está probado.
–¿Fue un avance sobre la independencia judicial?
–Hubo una colonización de distintos sectores, persecuciones personales. Yo la padecí como la padecieron mucho más otros colegas míos. Y fundamentalmente estaba dirigido hacia el ministerio público fiscal. Lo dije en su momento, está documentado.
–¿Fue por haber investigado a Sobisch, por haber llevado la causa de la cámara oculta hasta la Corte Suprema?
–Creo que esto empieza antes, cuando estaban los vocales interinos (2002). En ese momento hay un despertar de determinado sector del poder judicial que no podía soportar el avance del ministerio público fiscal, que accionaba contra el quietismo del resto que por ejemplo no se preocupaba por modificar el Código de Procedimiento Civil. Nosotros sí estábamos trabajando (en el Penal).
–¿En esa época se investigaba más la corrupción que ahora?
–En ese entonces teníamos el servicio de investigaciones de la fiscalía (SIF). Después el Ejecutivo se da cuenta de que el SIF lo investiga también a ellos… por eso decía que la fiscalía debe tener su propia policía.
–¿No cree que ahora se investiga menos la corrupción?
–Hubo una relajación. No llegan denuncias. Lo que también es cierto es que cuando hubo casos se investigaron con mucha rapidez. No es la calidad de los casos que se dieron en aquel momento.
–Usted mencionó que se desmanteló el SIF, pero también se desarmó el equipo que había en la fiscalía de Delitos contra la Administración Pública.
–Pasó todo lo que estuvimos historiando. Después hubo que pensar y se trabajó mucho con la Auditoría y con los fiscales de cámara en dar un nuevo diseño, para que cada fiscal no estuviera anquilosado en un sólo tema. Alguno me decía ‘yo estaba más cómodo antes’. Claro, porque estaba en gestión rápida, veía hurtos, algún robo menor, nada más.
–¿Hay capacidad para investigar casos más complejos?
–Creo que sí, pero hay que capacitar. Y tecnológicamente estamos lejos.
Fuente: http://www.rionegro.com.ar/diario/hubo-colonizacion-y-persecuciones-personales-846638-9544-nota.aspx