Gianmarco Dolce, de 20 años, hijo de la ex modelo Bárbara Durand, que estaba imputado por el homicidio culposo de tres obreros a los que atropelló con su camioneta en la Panamericana cuando manejaba en estado de ebriedad, no será llevado a juicio porque su defensa llegó a un acuerdo monetario extrajudicial, privado y secreto, con la parte querellante. La noticia generó una polémica que llevó al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, a la decisión de anunciar que enviará a la Legislatura un proyecto de reforma de la Ley 13.433, de Resolución Alternativa de Conflictos Penales, que tiene condenas de hasta 6 años de prisión. El proyecto de reforma modifica el artículo sexto de la norma vigente y deja fuera de la mediación penal los casos de violencia de género y los homicidios culposos. En la iniciativa se especifica que los jueces intervinientes tendrán que dictar sentencia “en casos de homicidios culposos o cualquier otro delito del que resultare la muerte de la víctima”.
La noticia del acuerdo extrajudicial en el caso Dolce provocó una fuerte polémica. El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, salió ayer a pedirle públicamente al gobierno bonaerense que mantenga inhabilitado para conducir al hijo de la ex modelo. Randazzo sostuvo que es “un pésimo mensaje para la sociedad que alguien que provocó la muerte de tres personas al conducir alcoholizado pueda seguir manejando como consecuencia de un acuerdo judicial”. El gobierno provincial reaccionó en forma inmediata y mediante una resolución firmada por el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, dijo que mantendrá la suspensión del registro de Gianmarco Dolce, para que no pueda manejar ni renovar su licencia.
Las autoridades provinciales recordaron que Dolce protagonizó el accidente el 26 de abril de 2013, en la ruta Panamericana, a metros del cruce con la ruta 197, y que el 16 de mayo del mismo año le suspendieron la licencia para conducir, de manera que desde entonces no puede manejar. Esta medida se complementó luego con el anuncio de que se enviará un proyecto de ley a la Legislatura para modificar el texto de la Ley 13.433. Randazzo había señalado que “más allá del beneficio que le otorgó el acuerdo judicial, el Estado tiene la obligación de bregar por el cuidado de la vida y el respeto a las leyes”. Por eso sostuvo que la provincia de Buenos Aires tiene “elementos suficientes para mantener la inhabilitación que fue solicitada por el Juzgado Administrativo de Tránsito de San Isidro hasta diciembre de 2015”.
El ministro nacional recordó que “hoy en la base de datos nacional Dolce sigue figurando inhabilitado para conducir, y esa situación sólo puede cambiar a pedido de la provincia, cosa que esperamos que no suceda”. Randazzo agregó que desde la Agencia Nacional de Seguridad Vial, que depende de su cartera, se impulsó una ley “que contemple la tolerancia cero de alcohol para quienes conducen un vehículo”, y ahora esperan que “el Congreso nacional la sancione cuanto antes”.
El abogado del joven, Mariano Cúneo Libarona, explicó que la Ley 13.433 que permitió cerrar la causa “es un instituto que se aplica para muchísimos casos en la provincia de Buenos Aires, y no se trató de una excepción”. “Se investigó un delito culposo que, como cumplía con los requisitos de la norma, el fiscal y el juez de Garantías aceptaron”, destacó. Y detalló que “más allá del contenido del acuerdo que, por ser confidencial no podemos relevar detalles, lo cierto es que convenimos entre los abogados, sus padres y el propio Gian, establecer varias reglas de conducta para intentar obtener algo positivo de todo este evento desgraciado”. “Por el término de dos años, acordamos que Gian no podía ausentarse de su domicilio por más de cuarenta y ocho sin informarme, no podía salir del país, no podía conducir ni consumir bebidas alcohólicas. Además, debe trabajar bajo relación de dependencia, concurrir a diferentes colegios a contar su experiencia a los chicos del último año y realizar tareas comunitarias todas las semanas”, señaló.
El hecho ocurrió en abril de 2013, cuando el joven, que entonces tenía 19 años, por imprudencia o por quedarse dormido, cruzó tres carriles de la vía rápida con su camioneta Ford Ranger y chocó a un Volkswagen Gol que estaba estacionado en la banquina. Adentro estaban tres operarios que esperaban la llegada de un compañero para ir al trabajo.
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