Fueron denunciados públicamente y ante la Justicia, su camioneta Volkswagen Amarok fue filmada y su imagen transmitida por televisión. Se hicieron tristemente famosos por haber secuestrado en General Paz y Cantilo al periodista Santo Biasatti y a dos empresarios de San Isidro, y nadie hasta el momento logró detenerlos.
La llamada «Banda de la General Paz» se mueve con una impunidad sospechosa. Cinco días después del secuestro del periodista el mismo grupo circuló con esa Volkswagen robada y la utilizó para tomar cautivo al dueño de cuatro ómnibus de turismo y a un chofer, a quienes llevaron desde la Costanera hasta el Mercado Central y a la villa La Cava. Al parecer, no llamó la atención a ninguno de los operadores de las cámaras de seguridad instaladas en la avenida General Paz, en la Panamericana o en la avenida Tomkinson, en San Isidro, que captaron el paso del vehículo en caravana detrás de una Toyota Hilux y de una Ford Ecosport gris.
Entre el 27 de abril y el 7 de mayo pasados, esta banda fue responsable de los secuestros exprés del empresario del transporte Eduardo Guillermo Díaz y de su chofer, Jorge Homes; del periodista Santo Biasatti, y de otro hombre de negocios de la zona de San Isidro, quien habría sido identificado como Carlos Juncos.
En diversas notas publicadas este año y en 2011, LA NACION alertó sobre la falta de suficientes patrullajes de las fuerzas de seguridad en la avenida General Paz, en la Panamericana, en el Acceso Oeste y en el Camino del Buen Ayre.
Así fue como, en por lo menos tres oportunidades en diez días, los secuestradores circularon libremente por la avenida General Paz con sus víctimas cautivas, a toda velocidad, a bordo de por lo menos tres camionetas y sin que nadie los detuviera.
El primer secuestro exprés cometido por esta banda, que tomó estado público, ocurrió el 27 de abril pasado y tuvo como víctima a Biasatti, conductor del noticiero Telenoche , de El Trece, quien fue privado de la libertad cuando circulaba con un amigo que manejaba un VW Vento, en la avenida Cantilo, cerca del estadio de River Plate.
Esa noche, los secuestradores usaron una Ford Ecosport gris y dos automóviles de alta gama para interceptar el vehículo en el que viajaban Biasatti y su amigo.
Con las dos víctimas cautivas, los delincuentes en una caravana formada por cuatro rodados tomaron por la avenida General Paz y abandonaron a Biasatti y a su amigo cerca del Parque de la Ciudad, en Villa Soldati.
El 2 de mayo pasado, la misma banda interceptó al empresario Juncos cuando circulaba por el cruce de la General Paz y Constituyentes.
A punta de pistola, lo obligaron a pasar al asiento trasero de su VW Amarok y exigieron que entregara las claves de sus tarjetas de débito.
Según fuentes policiales, los delincuentes amenazaron al empresario con llevarlo a su casa para conseguir más dinero y artículos electrónicos. Pero, luego de una hora decidieron liberarlo cerca del cruce de la avenida General Paz y Cruz, a pocas cuadras de un puesto de la Gendarmería. En la misma zona donde días antes había sido liberado Biasatti.
Cinco días después, la VW Amarok volvió a aparecer en escena. Fue captada por las cámaras de seguridad de San Isidro que grabaron el paso de ese vehículo, seguido por una Ford Ecosport y una Toyota Hilux.
La secuencia fue tomada cerca del cruce de Sucre y Tomkinson por tres cámaras de seguridad de la Municipalidad de San Isidro, instaladas en los accesos de la villa La Cava.
Los delincuentes llevaban cautivos al empresario Díaz y a su empleado, a quienes habían secuestrado cuando salían de un carrito situado en la Costanera Norte, frente al Aeroparque. Primero, los malvivientes llevaron a las víctimas hasta el cruce de Riccheri y General Paz. En ese momento, obligaron a Díaz a que los llevara a su casa, en San Isidro. Entonces, el empresario los guió hacia las adyacencias de La Cava porque sabía que allí había puestos con gendarmes.
Al llegar a La Cava, la caravana aminoró la marcha porque no pudo superar a un colectivo en una avenida angosta. Ese momento fue aprovechado por Díaz para arrojarse de la Toyota. Los delincuentes abrieron fuego contra los gendarmes y huyeron.
Al llegar a Maipú al 4100, los delincuentes abandonaron la Toyota de Díaz y siguieron con la Amarok y la Ecosport, y con Homes cautivo. Nadie los persiguió y nadie los detuvo. El empleado de Díaz salvó su vida porque se arrojó de la Ecosport, cuando escuchó que el jefe de la banda ordenó que lo mataran.
Hasta el momento, ningún sospechoso fue detenido. La banda circuló con impunidad con la Ecosport a pesar de que fue utilizada para secuestrar a Biasatti y a Díaz.
Además, los delincuentes utilizaron la Amarok robada a Juncos para tomar cautivos a Homes y a Díaz. Ningún policía bonaerense o de la Federal, como algún efectivo de la Gendarmería o de la Prefectura los detuvo pese a que el vehículo tenía pedido de secuestro.
OTROS HECHOS
- 27 de abril
Biasatti, una víctima
El periodista Santo Biasatti fue víctima de la banda que utilizada una camioneta VW Amarok. Lo interceptaron el 27 del mes pasado a la altura del estadio de River Plate, cuando volvía a su casa de un country de Pilar. Biasatti le explicó a la policía que en un primer momento los ladrones actuaron de forma muy violenta.
- 2 de mayo
Roban la camioneta
El empresario Carlos Juncos fue asaltado en la avenida General Paz y Constituyentes. Los ladrones le sacaron las tarjetas de crédito y de débito y le pidieron las claves para ir al cajero automático. Lo liberaron, pero se quedaron con la camioneta VW Amarok que todavía utilizan.
- 7 de mayo
Empresario cautivo
Guillermo Díaz y un empleado fueron capturados a la altura del aeroparque metropolitano, después de que el empresario comiera en un carrito de la Costanera Norte. En la villa La Cava, en Beccar, San Isidro, Díaz se arrojó del vehículo y escapó.