Ayer por la tarde, la procuradora general Alejandra Gils Carbó presentó una novedosa Unidad Fiscal de Ejecución Penal, que permitirá unificar criterios y esfuerzos en un área que jamás anteriormente había generado preocupación: la de velar por el estricto cumplimiento de las condenas y las condiciones en que son cumplidas. La UFEP resultó de la reunión de las fiscalías de ejecución penal 1 y 2, en las que ya habían sido designados los fiscales Guillermina García Padín y Diego García Yomha. “Quiero ver un Ministerio Público Fiscal verdaderamente autónomo, activo y autosuficiente al servicio de la comunidad”, dijo Gils Carbó durante la presentación.

La nueva UFEP será encabezada en forma rotativa anual por los dos titulares de las ex fiscalías. Contará con dos áreas operativas: Penas Privativas de la Libertad y Penas no Privativas de la Libertad y Medidas Alternativas al Proceso Penal, cada una a cargo de un/a coordinador/a. Al mismo tiempo, la UFEP estará en línea en muchas ocasiones con las intervenciones de la Procuvin, con la que podrá compartir causas y datos que profundizará las estrategias para abordar casos que pueden enfocarse desde diferentes perspectivas.

Además de Gils Carbó, en el acto expusieron Sergio Delgado –actual camarista de la Ciudad de Buenos Aires, pero que fue juez de ejecución penal nacional, además de ser actualmente director académico del Centro de Estudios de Ejecución Penal, dependiente de la Facultad de Derecho de la UBA–. También Mario Juliano, juez del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Necochea y presidente de la Asociación Pensamiento Penal. Y Julio Maier, ex juez del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires y profesor de Derecho Procesal Penal.

Sergio Delgado señaló que “las cárceles están llenas de inocentes por tiempos abusivos, hay penitenciarías ubicadas en zonas casi de-sérticas o de difícil acceso, mazmorras decimonónicas en el Palacio de Justicia que albergan personas durante varios días, una estructura del Servicio Penitenciario militarizada”. Juliano sostuvo que “uno de los objetivos de la UFEP era el de llevar legalidad a un terreno en el que lo que menos impera es, justamente, la legalidad”. Y Maier consideró que se trata de “un nuevo intento esperanzador de modificar la forma de organización judicial”.

 

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