MAR DEL PLATA.- El proyectil le perforó la axila, por debajo del brazo izquierdo, y siguió hasta salir por el hombro derecho. Un recorrido letal por el torso de Miguel Ángel Efisio, de 41 años, que había ido hasta la casa de su madre para asistirla porque había sufrido un intento de robo y murió baleado por una oficial de policía bonaerense que, en la terraza y a oscuras, lo confundió con el delincuente.

Los casquillos recogidos como evidencia confirman que la uniformada, de 29 años y con poco más de dos años en la fuerza, disparó cinco veces su arma reglamentaria. Y ahora es eje central de la investigación si dio la reglamentaria voz de alto antes de apretar el gatillo de su arma por primera vez.

La muerte de Efisio fue casi inmediata por las graves lesiones internas que provocó la bala y en coincidencia con el momento en que arribaban refuerzos al domicilio de Magallanes entre Acha y Pescadores, en el barrio Puerto, advertidos sobre un posible hecho de robo.

Con este caso, el distrito suma 24 muertes violentas en lo que va del año. El último había sido el jueves pasado, cuando un jubilado murió tras los golpes recibidos en la cabeza a manos de los delincuentes que lo habían asaltado en su casa de la vecina localidad de Batán.

Según allegados comentaron ayer a LA NACION, la víctima se ganaba la vida en una planta pesquera de la zona, era padre de un niño de 6 años y único hijo de la dueña de casa, que vivía sola en un departamento del segundo piso.

Ella lo había llamado a las 22 de anteanoche, asustada porque habría quedado cara a cara con un desconocido que intentó robarle dentro de su vivienda. La mujer también alcanzó a llamar a la policía.

Efisio estaba cerca de lo de su madre y acudió pronto, aunque en el camino se cruzó con un móvil del Comando de Patrullas Comunitario y les comentó la emergencia. Llegaron juntos hasta la vivienda. Uno de los efectivos que lo acompañaron en ese recorrido era Graciela Guanca, que sería protagonista del trágico desenlace del episodio.

Fuentes de la investigación confirman que cuando subieron al segundo piso, la dueña de casa, de 71 años, afirmó que el asaltante ya se había ido y que incluso se habría retirado sin botín alguno. «Me apretó, pero no se llevó nada», les aseguró.

Mientras la oficial asistía a la mujer y su compañero de patrulla iba hasta la planta baja para abrirles a compañeros que llegaban como refuerzos, Efisio se alejó del departamento sin avisar e intentó revisar en la terraza si el ladrón se había escondido por allí. Presumía que todavía podía andar por el lugar.

Esos ruidos alarmaron a la uniformada que fue hasta las escaleras y gatilló varias veces a la silueta que alcanzó a divisar en la terraza. Uno de los disparos fue certero y fatal para el hijo de la dueña de casa.

El recorrido ascendente del proyectil que impactó bajo el brazo izquierdo de Efisio permitiría confirmar que la oficial disparó mientras estaba parada en la escalera, algunos peldaños por debajo del nivel de la terraza.

El fiscal Alejandro Pellegrineli, a cargo de la investigación, confirmó que la imputada quedó detenida en el Destacamento de la Mujer de esta ciudad y a disposición del Juzgado de Garantías N° 2. Afronta cargos de homicidio agravado por uso de arma y por su condición de funcionaria policial. Ayer se negó a declarar: «Continúa en estado de shock», señaló una fuente de la fuerza de seguridad.

El jefe de la Policía Departamental, comisario mayor Adrián Castelli, se refirió con suma cautela a este caso, al que consideró: «Es un hecho lamentable». Según los primeros datos que pudieron recabar los investigadores, la oficial «disparó a un bulto que se movía».

La propiedad donde ocurrieron los hechos está a 300 metros del complejo gastronómico del puerto. Desde la planta baja, se podía ver el acceso por la escalera a los departamentos que se distribuyen en una edificación tipo chalet, con tres niveles. En el superior, vivía la madre de la víctima mortal

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