Por lo menos 25 muertos y 29 heridos es el saldo de la pelea entre reclusos en la cárcel venezolana de Yare I. El enfrentamiento se desató el domingo entre dos grupos de presos que contaban con armas de fuego. El hecho se inscribe en una serie de conflictos en distintas cárceles de Venezuela que ocasionaron más de 500 muertos sólo en el último año. Según una ONG dedicada al seguimiento de asuntos carcelarios, en Yare I había 3150 detenidos, pese a que su capacidad no supera los 750. Además, se viene denunciando la acción de los “pranes”, presos armados que controlarían las cárceles, obligarían a los otros presos a pagarles para sobrevivir y protagonizarían enfrentamientos como el del domingo.

Iris Varela, ministra de Asuntos Penitenciarios de Venezuela, precisó ayer que el total de fallecidos en la reyerta se eleva a 25; uno de ellos era un familiar de uno de los detenidos. Hasta ahora sólo se identificaron 17: “Los otros se están identificando, porque quedaron desfigurados”, explicó la funcionaria. En cuanto a la cantidad de heridos, la cifra oficial llega a 29, aunque llegaron a reportarse 45.

El enfrentamiento en el centro penitenciario Yare I, situado en el estado de Miranda, duró unas cuatro horas, desde las cuatro hasta las ocho de la tarde del domingo, día de visita en la cárcel. Se originó entre los sectores denominados Las Torres y Los Talleres, en una reunión que sostenían los respectivos “pranes” acompañados por sus “luceros”. La palabra “pran”, originada en Puerto Rico, designa a presos que asumen la jefatura armada en las cárceles o sectores de la cárcel, con la complicidad o el asentimiento de las autoridades del penal. Los “luceros” son los que ejecutan sus órdenes. Los presos deben pagar a los pranes una suma fija, llamada “la causa”, para no sufrir violencia.

La mayoría de las víctimas del enfrentamiento del domingo habitaban en un sector llamado “la fosa”, lugar sin paredes laterales, apenas protegido por un techo que ayer aparecía perforado por los balazos; allí residen por lo menos cien presos, que serían los que carecen de recursos para pagar “la causa”.

Varela aseguró en la tarde de ayer que Yare I ya se encontraba “en total calma” y que en el lugar “se encuentran funcionarios del gobierno nacional adelantando planes para normalizar la situación”. Explicó que “lamentablemente ha habido actos violentos de internos que quieren mantener el control de la cárcel utilizando la fuerza”. También anunció que “se ha conversado con los familiares de los internos de Yare I”. En la tarde de ayer, los familiares se habían concentrado en el portón de acceso al establecimiento penitenciario, pidiendo información sobre el estado de salud de sus seres queridos.

La ministra reconoció ayer que “las cárceles son una bomba de tiempo”, y formuló un llamado a la población penitenciaria para “que se conmuevan” y “entiendan que lo único que no se puede recuperar es la vida. Es absurdo que piensen en obtener la libertad y poco les importe la vida”.

Antes de los sucesos del domingo, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, había comparado la situación carcelaria con “un cáncer”.

Humberto Prado, titular de la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), afirmó que Yare I “es un penal construido para 750 personas pero en la actualidad había 3150, lo cual representa un excedente de 2400 personas, con un hacinamiento del 320 por ciento”. Según el OVP, en Yare I ya habían fallecido, en lo que va del año, 16 reclusos, y 48 resultaron heridos en hechos de violencia. En 2006, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) había pedido que el Estado venezolano tomara medidas específicas de protección en la cárcel de Yare, luego de un hecho de violencia registrado allí ese año, cuando murieron 14 personas.

En junio del año pasado, en el complejo penitenciario Rodeo, cercano a Caracas, se registró la crisis carcelaria más larga en la historia venezolana, cuando alrededor de mil presos resistieron durante casi un mes un sitio en el que intervinieron 5000 militares; hubo alrededor de 30 muertos. Poco después, en julio, el presidente Hugo Chávez creó el Ministerio de Asuntos Penitenciarios.

Sin embargo, advirtió Prado, entre julio de 2011 y el mismo mes de este año, murieron ya 567 personas en las cárceles del país. Además de los 30 internos (y tres efectivos militares) que murieron en junio-julio en El Rodeo, en julio murieron por lo menos seis presos en el Internado Judicial de San Felipe; en agosto de 2011, un enfrentamiento armado en la cárcel de Cabimas dejó siete muertos y 37 heridos. En noviembre, hubo ocho muertos y dos heridos por un conflicto en el Cuartel de Prisiones de Táchira. En enero de 2012, murieron diez presos por enfrentamientos en dos cárceles de Táchira. En marzo, una pelea en la cárcel de La Pica causó diez muertos y nueve heridos. En julio de 2012 –según el OVP–, al menos 28 presos murieron y 17 quedaron heridos, tras un conflicto que duró más de 20 días en el Centro Penitenciario de la Región Andina. Sólo en el primer semestre de 2012 habrían muerto 304 presos, según el OVP. La entidad contabiliza 5370 muertos y 15.131 heridos en las cárceles venezolanas desde 1999, cuando Chávez fue elegido presidente por primera vez. Según cifras oficiales, las cárceles venezolanas tienen capacidad para alojar a 14.000 presos, pero hay casi 50.000.

La mayor tragedia carcelaria en Venezuela fue el motín del 4 de enero de 1994 en la prisión de Sabaneta, seguido por un incendio: hubo 108 detenidos muertos. En América latina, el episodio más grave de los últimos 50 años se registró el 15 de febrero pasado en Honduras, cuando murieron 360 personas.

 

fuente http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-201492-2012-08-21.html