Eugenio Zaffaroni no defraudó a su público y se metió hoy sin pelos en la lengua en la polémica desatada por el gobernador Daniel Scioli que viene impulsando una baja de la edad de imputabilidad de los menores a los 14 años, en abierta contradicción con la línea de pensamiento penal de la administración kirchnerista.
Zaffaroni no nombró a Scioli pero quedó claro que se refería a él, al pedir a «los políticos» que se dediquen a resolver cuestiones como el estado calamitoso de los Hospitales del Conurbano o la eterna contaminación del Riachuelo, dos temas centrales de la provincia de Buenos Aires.
Es que Zaffaroni es la voz más autorizada del denominado «garantismo» penal, cooriente en la que se inscriben influyentes personalidades del kirchnerismo como la ministra de Seguridad Nilda Garré y el periodista Horacio Verbitsky.
El juez de la Suprema Corte, Eugenio Zaffaroni.
De hecho, Garré tuvo varios cruces públicos con Scioli y con su ministro de Seguridad Ricardo Casal, otro impulsor de la baja de la edad de imputabilidad.
En una entrevista con la agencia Télam, Zaffaroni recordó que impulsar la
baja de la edad de imputabilidad ya «lo hizo la dictadura militar en 1976
y en 1980 tuvo que dar marcha atrás porque nadie puede alterar la
naturaleza de las cosas» y pidió que en un año electoral se deje el Código Penal «en paz».
«Sería conveniente que los políticos discutan algunas cosas importantes, por ejemplo cómo se va a mejorar el problema de las jubilaciones, de la salud, el eterno problema entre los hospitales de Capital y el Gran Buenos Aires, el tema de la cuenca del Riachuelo, cómo mejorar el sistema de educación. En fin, sería conveniente que discutan esas cuestiones y no ir tras cosas que les marca la agenda mediática», fustigó.
«No tenemos en el país un serio problema de criminalidad violenta de adolescentes entre los 14 y los 16 años y a partir de los 16 hay responsabilidad penal plena. La delincuencia es siempre joven, pero en la franja etárea de los 16 y los 18 años para arriba. Entre los 14 y 16 tenemos muy pocos casos de homicidio, de modo que llevar eso al centro de la
discusión política y postergar todo lo otro es el juego de la avestruz directamente», agregó.
«Creo que este año sería conveniente no tratar ningún tema penal, dejen el Código Penal y la ley Juvenil en paz y lo discutimos después de las elecciones», reclamó.
Zaffaroni es uno de los penalistas argentinos mas reconocidos en el exterior y dirige el Departamento de Derecho penal de la Universidad de Buenos Aires. «Ya sé que a la familia que le toque es un dolor, sin lugar a dudas, pero son diez o quince homicidios por año (los cometidos por menores de 16 años) dentro de un universo de 1.900», agregó.
El magistrado que es uno de los más férreos críticos a la teoría denominada Derecho penal del Enemido, que etiqueta a los deliencuentes como enemigos de la sociedad y por ende con menos derechos que el resto de los ciudadanos, agregó que ahora se instala el tema de la peligrosidad del los menores porque «no se puede fabricar otro enemigo que resulte más peligroso o más idóneo para asumir el papel de chivo expiatorio de todo lo que está pasando en una sociedad».
«Se elige a alguien que se puede identificar con la delincuencia común. No tenemos terrorismo ni problemas graves de crimen organizado, entonces se identifica a los adolescentes de los barrios precarios, pero eso sucede en toda América Latina. Esta es una política que nos baja de Estados
Unidos», agregó.