El ex juez de la Corte habló sobre cuestiones de justicia, política y sociedad. Se refirió a la nueva situación del máximo tribunal y dijo que volverá a la academia. «Estoy bastante entusiasmado con La Matanza, San Martín, José C. Paz y Avellaneda», enfatizó.
En una entrevista realizada por Luciana Bertoia para Buenos Aires Herald, el ex ministro de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni, hizo un balance de su función y habló de los principales temas de actual debate sobre la justicia. Sobre lo pendiente, se refirió a «la inconstitucionalidad de la sindicalización de la policía. Yo hice el borrador del voto pero no llegó al pleno y no terminó la circulación». Además, a la hora de mencionar a quien prefería como reemplazante, dijo que le gustaría Julio Maier, aunque «es una función privativa del Ejecutivo, no discuto el nombre que den».
Sobre el debate del Código Penal, dijo que en el verano seguirá elaborando el dictamen «con lo que nos dijeron de las universidades» y opinó: «Hubo interferencias políticas y obstáculos para discutir el Código Penal. Yo tampoco creo que se pueda discutir un Código Penal en un año electoral. No es sano. El código es federal y nacional. Un código acusatorio es positivo. Es el modelo que marca la constitución. El juez de instrucción que tenemos es una supervivencia del Código napoleónico que sobrevive en el Código fascista del 30. Lo que pasa es que esto fue un salto positivo para nosotros en 1992 porque teníamos una legislación procesal tan cavernícola que el código fascista era progresista. Pero démonos cuenta de que el juez de instrucción es un comisario con título. Pierden poder».
Acerca de la relación entre política y justicia, dijo que «si se desprestigia a la justicia, va a dejar al que venga con las manos libres para hacer cualquier cosa» y en relación a cómo queda integrado el máximo tribunal, dijo que la Corte Suprema de siete «se acabó, tres de nosotros no estamos. No sé cuánto durará la Corte con cuatro. Hay causas en los que los votos nuestros quedaron 3-2. Mi salida lo deja 2-2. Integrar cada causa con un presidente de Cámara es casi imposible. Por otro lado, sería insólito. Sería como tirar una moneda a ver qué criterio tiene el presidente que integre el tribunal en cada causa. La no integración puede generar un funcionamiento anormal de la Corte».
A la hora de hablar de las causas de corrupción que involucran a jueces, dijo que «toda causa que involucra poder siempre es difícil de que avance en este país o en cualquier otro. Todo depende de las personas. A mayor poder, menor vulnerabilidad. Es una regla mundial que hay que tratar de contrarrestar pero no es fácil».
En referencia al rol de las fuerzas de seguridad, aclaró que «cuando hablo de autonomización de las fuerzas policiales, no me estoy refiriendo solamente al policía de la esquina sino a todas las fuerzas. Si se autonomiza un poder secreto, es un riesgo para la seguridad del Estado, más allá de que se metan en los asuntos judiciales». Y agregó: «Todo gobierno necesita un servicio secreto. Tienen relación con otros servicios secretos. Intercambian información. Si eso se hace sin sentido político o venden información a empresas o conglomerados mediáticos, es la seguridad de todos nosotros es la que está en peligro. Somos un país verdaderamente transparente. Tan transparente que las internas de los servicios secretos salen en los diarios. Yo las internas del servicio secreto alemán no las conozco pero éstas sí al igual que todo el mundo».
Por último, acerca de su futuro dijo que vuelve a la academia. «Estoy bastante entusiasmado con La Matanza, San Martín, José C. Paz y Avellaneda», enfatizó, y sobre su posible participación en la Corte Interamericana y en la Unasur, aclaró que «en el caso que eso resulte, no me lleva mucho tiempo. La Corte tiene tres reuniones al año, de una semana cada una. Dos en San José y la tercera en otra capital de la región. Personalmente no me desespero por eso. También me consultaron sobre si estaría dispuesto a conformar una comisión para supervisar el desarme en Colombia si avanzan las negociaciones de paz. Y sí, si uno pudiera contribuir a parar 80 años de violencia. La propuesta es de la Unasur».